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El día con Jimin acababa de llegar a su final. Era tarde y la oscuridad ya cubría todo a nuestro alrededor por lo que nos vimos en la necesidad de regresar a la casa. Sin duda alguna me lo había pasado increíble, a pesar de mi devastado cuerpo debido al cansancio nunca me sentí sin energía estado junto a él.

Con ayuda mutua conseguimos regresar por el empinado camino que llevaba a la casa. Una vez nos adentramos en ella no pude evitar desviar mi vista al pasillo que continuaba llenándome de tanta intriga y curiosidad.

—¿Qué ocurre? —pregunta Jimin observando en la misma dirección que yo.

—No es nada la verdad —dije a pesar de continuar observando el pasillo—. Jimin, qué se oculta en ese lugar.

—¿Dónde? —pregunta reflejando una clara confusión en su rostro.

Ignorando su pregunta camino por el pasillo acercándome a paso veloz a la puerta metálica del final. No había nadie custodiando el área y Jimin no parecía detenerme así que no creo tenga conocimiento de lo que sea que se oculte en las profundidades de esa habitación.

—¿Dónde vas? —preguntó corriendo tras de mí— ¿Qué pasa?

—¿Sabes lo que hay tras esta puerta?

—No —niega observándola—, no recuerdo haberla visto antes.

—¿Jimin, no me estarás mintiendo verdad? —interrogo desconfiada.

—Claro que no —la observa nuevamente—. Quizás sea alguna nueva habitación de mi padre, un pequeño almacén, o quién sabe. 

—No, no es nada de eso —niego recordando los sollozos que había escuchado la vez en la que Jin me prohibió entrar—, ahí dentro pasa algo raro y quiero saber que es —le informo acercando mi mano al pomo de la puerta con intención de abrirla.

—Si es así no creo… —se detiene repentinamente observando el pasillo detrás de nosotros.

Jimin toma de mi mano obligándome a soltar la manija de la puerta haciendo que la cerrara ya cuando la tenía entreabierta. De un momento a otro me aló hacia él obligándome a entrar a una habitación que se encontraba a sus espaldas, cerrando la puerta rápidamente tras nuestra entrada.

Con fuerza me sujetó de los hombros estampándome contra la puerta recién cerrada a mis espaldas. El repentino movimiento me asustó por lo que intento gritar pero antes de que pueda hacerlo una de sus manos cubre mi boca impidiéndomelo.

Lo observo confundida sin entender lo que está haciendo, pero este tan solo me observa en silencio mientras que con la otra mano mediante gestos me pide que haga lo mismo.

—Shhhh —repite el gesto colocando su dedo índice sobre sus labios—. Mantente en silencio —susurra en mi oído—, alguien se acerca por el pasillo.

Me quedo en silencio tras sus palabras, escuchando como efectivamente se podía oír el caminar de unas personas por el pasillo que parecían acercarse cada vez más a donde estábamos.

—Namjoon, deja de bajar a ese lugar —se escucha pedir a una voz masculina—. Sabes perfectamente que esa habitación se hizo para complacer a los socios de papá, no a ti —parecía recordarle a quien sin duda era su hermano.

—Podrías dejar de meterte en mis asuntos —respondió Namjoon con brusquedad.

—Joder entiende, ellas no son tus sacos de boxeo —le grita intentándolo hacer entrar en razón—. Si papá se entera de que…

—¡¿De qué?! —grita enojado, enfurecido— ¡¿De qué mierda se va a enterar?! ¿Acaso tú te le vas a ir de lengua?

—¡Namjoon! —grita igual de alterado que su hermano— ¡A mí no me andes hablando de esa forma! Recuerda que yo soy tu mayor y me debes respeto.

Con los ojos vendadosWhere stories live. Discover now