4.Cenas y miradas.

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Todo iba excelente. La manada era muy amigable conmigo, al parecer les agradaba, cosa que me aliviaba.

En un principio tenía bajas expectativas, básicamente porque no sabía qué esperar. Cómo dije no conocía a los lobos ni su cultura.

Cuando me adentré en el mundo sobrenatural me concentré en lidiar con los vampiros, sí, justamente con vampiros, que a pesar de su reputación con los humanos no se volvían locos con la sangre, por lo menos no cualquier sangre. Solo un tipo de sangre especial los volvía salvajes, la de sus mates. Aunque algunos ciertamente si eran adictos a ella.

Mire hablar a Chris y asentía a lo que decía. No pensé que esto fuera tan divertido.

Amaris estaba a dos puestos lejos de mi, pero igualmente no estaba hablando tanto. Me parece que es de las que les gusta más escuchar que hablar. Se veía tan hermosa que me seguía sorprendiendo cuanto me atraía.

Sin querer nuestras miradas chocaron. Así que para disimular subí mi copa levemente brindando a la distancia. Ella devolvió el gesto y tomó de su copa yo seguí su movimiento con mis ojos. De repente vi un destello de amarillo en sus ojos me sorprendí bastante, pero se apagó tan rápido que no se si fue real o mi imaginación debido al alcohol.

Luego de eso, todo siguió normal, cenamos y bebimos. Pasé solo un momento tenso cuando me trajeron un vaso de sangre. Pero por suerte ya había pensado en eso. Había ciertos vampiros que les gustaba la comida humana, pero eran pocos.

Así que no fue ninguna sorpresa cuando se asombraron por el cambio de mi comida. No preguntaré tampoco de dónde vino la sangre porque en esta manada no habían vampiros... ¿o si?

Tire los pensamientos inútiles al fondo de mi mente y me concentré en pasar un buen rato.

(...)

No sabía que hora era, pero tenía mucho sueño y me sentía cansada.

-Lo siento Brad, pero creo que voy a ir a dormir. Los ojos se me cierran solos -me disculpe mientras bromeaba.

-¿Qué? ¿Vas a ir a dormir? -preguntó Chris confundido.

Tanto él como Brad parecían extrañados, de repente me di cuenta que ellos no sabían mucho de los vampiros, me preguntaba porqué. Sin embargo no era quién para opinar ya que yo tampoco sabía mucho de lobos.

Mire atentamente a Chris y aclare el asunto.

-Sí, voy a dormir. Los vampiros también duermen - dije medio riendo.

- ¿De verdad? Pensé que no lo hacían, o bueno, eso decían las leyendas - exclamó Brad un Omega de la manada super simpático.

-Yo había escuchado que dormían, pero en ataúdes... Dime Alisson ¿duermes en un ataúd? -preguntó borracho Chris.

Me partí de la risa, sabía que estaba algo pasada de copas y que algunos otros también estaban atentos a nuestra conversación. Había descubierto que los lobos eran extremadamente curiosos.

-¡No! -exclamé conmocionada pero a la vez divertida -Los vampiros dormimos en camas normales y corrientes ¿Okay? -afirme mirando a ambos con una sonrisa -También a algunos les gusta la comida normal, como a mí. No crean en esos cuentos raros ¿si? -aclare mientras me levantaba para irme.

-¿Entonces no te derrites con la luz del sol? -todos rieron por la tontería que acababa de preguntar.

-No Brad, no me derrito con la luz del sol.

El suspiro decepcionado y tomó otro trago de cerveza. Finalmente me despedí de todos y caminé de regreso a la habitación donde me quedaba.

Ahora que lo pensaba no sabía donde estaba ya que la casa era muy grande.

THE BLACK MOON | G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora