Cuando el tiempo se acabe ▪︎ PEDRI GONZÁLEZ

ETERNO CONTRINCANTE

Lunes 2 de noviembre del 2020

Tras comer me tiro en la cama mientras Laura se decide a llamar a su novio para dejarlo.

-Voy fuera, quiero estar sola-dice mi amiga y yo asiento.

No quiero agobiarla, pero me hubiera gustado estar presente en la conversación. Laura con Manu es muy frágil y el paleto este la torea cuando quiere. Mi móvil suena y veo que es Pablo.

-Pablito-digo nada más contestar.

-¿Mojaste anoche con algún futbolista?-suelta.

Mi cara es un poema. Nunca antes había conocido a alguien tan directo. Pablo no se anda con rodeos, dice todo lo que piensa en cualquier momento.

-Obviamente no-digo mientras me echo por encima una manta.

-Nena, tenías al Pedri en el bote-dice y yo me río.

-¿Que dices?-disimulo todo lo que puedo.

-Tía, es el que más te pegaba-noto como está comiendo algo.

-Y, ¿eso?-pregunto curiosa.

-Nena, porque a ti te gustan yogurines.

-Mi niño, es de mi edad.

-Tú me entiendes.

Paso el rato hablando con Pablo que ni siquiera me doy cuenta de que Laura no ha vuelto. Tras colgar, me visto y me preparo para ir a casa de Pedri. Me pongo una sudadera negra, unos pantalones vaqueros y unas zapatillas blancas. Me hago un moño bajo y me maquillo un poco. Aún queda una hora y media, pero los nervios me pueden. No estoy preparada para tener una conversación más madura con el canario.

La puerta de la habitación se abre y aparece Laura. Noto como está nerviosa, me levanto del sofá y me acerco a ella.

-¿Todo bien?-pregunto al ver como mi amiga no para quieta.

-Voy a salir-remueve todo hasta encontrar su bolso-necesito estar sola. ¿A que hora volverás?

-No lo sé, quizás media hora o quizás dos horas-digo mordiéndome el labio.

Laura se va sin decir nada. La conozco y me está mintiendo, oculta algo y siento que no es nada bueno.

Me vuelvo a sentar en el sofá y me pongo una serie para matar los nervios.

***

Llego a casa de Pedri media hora tarde. Toco el timbre y no tarda mucho en abrirme.

-Hola-saludo.

Nos damos dos besos y me invita a pasar. Me siento en el sofá mientras Pedri saca algo para picar.

-¿Como estás?-pregunto para romper el hielo.

-Como siempre-responde él.

Se sienta a mi lado, los dos estamos algo nerviosos. No sé como va a acabar esto, pero espero que por el bien de los dos acabe bien. Ya lo perdí una vez y ahora que parece que hemos vuelto a recuperar la relación, no quiero perderlo otra vez. No busco nada más allá de una amistad por mucho que sepa que eso no va a ser posible.

-Mira, yo quería hablar contigo, pero no se ni como empezar-sonrío tímidamente.

Me impone un poco la verdad, es increíble como pueden cambiar las cosas en cuestión de tiempo.

-Quiero que sigamos manteniendo relación-comento y él asiente-. No sé si va a salir bien porque ya sabes como hemos acabado siempre.

Pedri se ríe al recordarlo. Siempre decíamos que íbamos a ser solo amigos y todas las veces que nos veíamos nos acabábamos liando y alguna que otra vez sobrepasamos los límites.