El chiste ya no tenía gracia.
- Historia completamente mía.
- No copias, traducciones o adaptaciones sin mi permiso.
- Historia corta; seis capítulos - próximamente publicados -
- Inicio 02/09/2021
- Fin 10/09/2021
- Son... Quinientos dólares, más la propina que te dejaron Han - Christopher le extendió el dinero.
- Gracias. - Lo tomo y se fue.
Salió del bar, e inicio camino a su departamento.
La noche estaba fría, su respiración era pesada, pero sus pasos ligeros.
Mientras más caminaba más se sumergía en sus pensamientos, se camuflaba entre las personas. Sus manos congeladas y el leve carmín en sus mejillas, sus ojos clavados en suelo, mientras caía junto con la nieve.
Cuando por fin llegó a su departamento se encontró con su cacera.
- Señora Yang!
- Buenas noches Han.
- Ya son quinientos dólares menos - Le extendió su paga de hoy.
- Solo quedan 2500 Han - Dijo en un tono gracioso - Puedes pagarme cuando puedas cariño - le dedicó una dulce sonrisa.
- Hasta mañana señora Yang - le dió un reverencia y comenzó a subir las escaleras hasta el segundo piso.
Después de subir los escalones, saco las llaves de su bolsillo y abrió la puerta para encontrarse con su vacío cuarto. Fue encendiendo las luces una a una, cayó sobre su sillón cama y miro el techo por unos dos minutos, dió largo suspiro y se quitó el abrigo, luego los zapatos y se levantó en medias hasta su refrigerador, el cual estaba casi vacío. Tomo la pasta de el día anterior y la calentó en microondas, mientras pasaban el minuto que marco, busco un programa en la tv, y se decidió muy rápido por Los Simpsons; subió el volumen y al oír el beep del microondas se levanto y busco su cena y volvió al sillón.
Jisung reía.
Le gustaban las caricaturas, ya que se sentía como un niño otra vez.
Tenía su libreta sobre el televisor, ahí anotaba sus chistes, está estaba casi terminada.
La comida se terminó, al igual que los Simpsons.
Busco más caricaturas en la tv y termino viendo Tom y Jerry mientras pensaba que iba a hacer ahora.
No tenía dinero.
Sus ojos comenzaron a cristalizarse mientras trataba de concertarse en las caricaturas.
Aún con sus ojos cristalizados y mejillas húmedas, entro al baño. Cómo todas las noches, antes de dormir, se daba una ducha.
Sus lágrimas fueron borradas por el agua que se escurría por su rostro, mientras sollosozando, pensaba que haría ahora. Después de secar su rostro, y observar su reflejo en el espejo, dónde los recuerdos lo invadieron una vez más. Peino su cabello tratando de evitar esos pensamientos y recuerdos que estaban llenado su mente, haciéndolo sufrir más.
Salió de baño ya con su pijama puesta, camino descalzo hasta el sillón y extendió la parte de abajo del sillón, transformándolo en una cama, dónde dando otro suspiro largo, cerro sus ojos, y la tranquilidad por fin, invadió su cuerpo.
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