Capitulo 12

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La semana transcurrió con calma y tranquilidad, al menos para Hermione, quien pasó la mayoría del tiempo confinada en su habitación. Draco la visitaba todas las mañanas y le llevaba el desayuno, mientras que Harry y Ron la visitaban por la tarde. Luna había sido su mejor enfermera y también su mejor guardadora de secretos. Nadie parecía notar que Malfoy desaparecía y se escabullia hacia la torre Ravenclaw.
Por su parte, Draco había tenido que lidiar con las frías y acusadoras miradas de Pansy y los gestos tristes de Blaise. En su interior se debatian los deseos y las responsabilidades. Al menos su padre no había vuelto a contactarlo, pero eso no lo dejaba del todo tranquilo, no recibia señales de vida de su madre hacía dos meses. Debía controlarse para no enloquecer de pánico cada vez que los pensamientos negativos atravesaban su mente. Al final decidió enviarle una carta personal, con un hechizo especial, una que su padre no pudiera encontrar.

Un nuevo lunes llegó y Hermione al fin podía asistir a las clases y ponerse al día con los trabajos atrasados. Sin embargo su sonrisa se desvaneció al entrar al salón de encantamientos y encontrarse con la mirada de Pansy. Las muchachas no habían estado frente a frente desde lo sucedido. Hermione decidió ignorarla y sentarse junto a Luna en primera fila.

***

Draco llevaba varios minutos aburrido, ya había realizado todos los encantamientos pautados y le habían salido a la perfección. El joven se encontraba con la vista perdida entre los rizos de Hermione, que se encontraba unos bancos más adelante. La muchacha charlaba con Luna en voz baja, sin percatarse de lo que ocurría a su alrededor. Ya no quedaban tareas por hacer, más que esperar a que el reloj les diera la retirada. Draco arrancó una hoja de su cuaderno y garabateó en ella una nota, luego la convirtió en un delicado ave de origami y con un suave soplo la hizo llegar sutilmente hasta el banco de la joven. Hermione se sorprendió en silencio cuando el ave de papel aterrizó frente a sus ojos. Se volteó sutilmente y pudo ver al joven sonriéndole. Deshizo la figura y leyó la nota oculta:

Que lindo se encuentra tu cabello hoy,
no he podido dejar de verlo en toda la mañana.
Por cierto, ¿Quieres hacer algo después de clase?

Hermione no pudo evitar sonreír ante aquellas palabras. Se apresuró a tomar una hoja de su cuaderno y escribir una respuesta positiva, bajo la sutil pero curiosa mirada de Luna. Al terminar convirtió la nota en una hermosa flor de papel y con un pequeño impulso la hizo llegar al regazo del joven expectante. Ella observó como se le escapaba una sonrisa al joven mientras leía su respuesta.
A unos cuantos bancos detrás, en la última fila, Pansy observaba al dúo con el ceño fruncido. Un sabor amargo le subía por la garganta. La jovencita comenzó a enroscarse en una espiral de pensamientos oscuros. A su lado Blaise no parecía percatarse de nada, su mirada se encontraba perdida en la ventana, más allá de las fronteras del castillo.

Gryffinclaw
Harry, Ron y tú

Ron
*Imagen*
Mira Harry, ¿no se ve lindo?

10:47 am.

Harry
Jajajajajaja
Se ve muy tierno.
Nunca creí que vería a Malfoy así.

10:49 am.

Ron
Deberíamos empapelar el castillo con esa foto,
ya hace tiempo que no le demostramos quien manda.

10:51 am.

Hermione
¡Chicos! ¡Por Merlín!

10:53 am.✔✔

Harry
*Imagen*
Malfoy se ve lindo haciendo el ridículo,
pero nada se compara a Herms sonrojada!

10:56 am.

Hermione
¡Si esa foto llega a salir de aquí ustedes
no volverán a ver la luz del día!

10:57 am.✔✔

Ron
Necesitas relajarte Herms, se te va a caer el pelo del estrés.
Conozco un curso de origami que podría gustarte ;)

10:58 am.

Hermione
...

10:59 am.✔✔

Harry
Ron, mejor corre antes de que te metan una hostia.

11:00 am.

Draco y Hermione se encontraban una vez más en su lugar favorito del bosque.
El joven la había sorprendido con un gran picnic, repleto de platillos dulces y bebidas frescas.
Hermione acababa de terminar su tercer panecillo de canela bajo la intensa mirada de Draco.
—¿Qué pasa?
—Nada... solo pienso. —contestó él con sus típicas auras de misterio.
—¿Y en qué piensas?
Draco dejó escapar una media sonrisa. Al final decidió ser directo.
—Pienso a qué sabrán tus labios.
Hermione se ahogó de sorpresa al oír esas palabras.
—Ya sabes, porque los tienes llenos de azúcar. —Draco se acercó a ella y le limpió la comisura de la boca con el pulgar.
—¿Acaso es otro de tus malos intentos de conquista? —Hermione se aclaró la garganta intentando sonar indiferente.
—¿Malo? Yo no soy malo, de hecho soy el mejor. —respondió Draco metiéndose en el papel de altanero ofendido.
Hermione miró al cielo reprimiendo una sonrisa y para cuando bajó la vista él ya se encontraba a centímetros de distancia.
Draco la observó morderse el labio inferior. Su blanca piel se encontraba envuelta en brasas, la fría brisa del bosque no conseguía sacarle ni un solo escalofrío.
Múltiples pensamientos se apoderaron de su mente. Diversas situaciones hipotéticas, posibles reacciones, posibles consecuencias. Las negativas iban ganando la carrera pero el deseo palpitante era más fuerte. En ese momento supo que la única persona capaz de librarlo de ese fuego era la misma que lo había encendido.
—Al diablo con todo. —gruñó en un susurro, antes de romper la poca distancia que los separaba, uniendo sus labios a los de ella.
Hermione le correspondió con las mejillas hirviendo y la respiración acelerada. No podía creer aquello pero tampoco podía pensar en algo más. Le acarició la suave melena dorada mientras él paseaba sus manos por su cadera. No se creían capaces de separarse. Draco la tomó por los muslos y la alzó, apoyándola contra un árbol, ella rodeó su cintura con las piernas, sin preocuparse por la de piel que le quedaba descubierta a causa del movimiento.
El sol ya se encontraba en el horizonte, las primeras estrellas comenzaban a brillar sobre ellos, pero no se separaron hasta varios minutos después.

Amor entre las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora