Capítulo 15.

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''Eres una completa idiota'' —17 Años.

No podía dejar de mirar a la chica detrás del mostrador. Era guapa, alta, de cabello rubio y con una hermosa sonrisa.

Trataba de ponerle atención a lo que me decía Megan acerca de la falda que había encontrado, pero no podía apartar mi mirada de ella.

—Creo que la comprare... —le entendí a Megan.

Miré al suelo cuando crucé la mirada con la chica, sentí que me sonrojaba de a poco.

Megan notó ese detalle y buscó con la vista el punto que había estado mirando, cuando encontró a la chica hizo una mueca y me golpeó en la cabeza con la falda.

—No puedes, Juli. Estás comprometida ahora, ¿Qué pensaría Valentina si te viera en estos momentos?

Sí... ¿Qué pensaría ella? ¿Me dejaría libre?

—No lo sé... tampoco es para tanto, sólo la estaba mirando. Estoy comprometida, no ciega —le respondí.

Megan negó con la cabeza y siguió sacando ropa de los colgadores de la tienda.

Levanté la vista una milésima de segundo y sentí la mirada de la chica.

No podía hacer nada, ella me gustaba, pero no de la misma forma que Valentina.

No, no era justo para ojos bonitos, así que me reprimí e hice como que ella no estaba en el mismo establecimiento que yo.

Sin embargo, no funcionó.

Megan me regañaba cada cinco minutos por mirar "descaradamente" a otra mujer que no fuera mi futura esposa, pero al parecer ella no comprendía que yo aún tenía 17 años y que era una chica como todas las demás.

—Juliana, ya basta. Llamaré a Valentina —me dijo enojada mientras sacaba el celular de su bolso.

—Tú no harás nada. No he hecho nada malo, no la he engañado —protesté.

Y era verdad, admitía que la chica me atraía y que no dejaba de lanzarle miradas, pero no había hablado con ella.

Seguía siendo una desconocida.

Pero como siempre, las cosas iban en mi contra.

Cuando Megan fue a pagar la ropa que había elegido, nos atendió nada menos que la chica.

—Hola chicas, en qué puedo ayudarlas —nos dijo con una agradable sonrisa.

Megan bufó y me fulminó con la mirada con la clara advertencia de "no hagas nada o le diré todo a Valentina".

—Quiero pagar esto —le dijo Megan, sin dejar de amenazarme.

Cuando ella le entregó el recibo y las bolsas con ropa, Megan se apresuró en salir tirándome del brazo.

Afuera de la tienda, sentado en una banca para descansar dentro del centro comercial, Valentina bebía un café.

—Recuérdenme no volver a acompañarlas cuando digan la palabra "compras" —nos dijo poniéndose de pie y acercándose a nosotras.

Pasó su brazo por mi cintura y comenzamos a caminar hacia la tienda de música, Megan quería aprender a tocar guitarra y para empezar necesitaba una.

—Al final, ¿Qué compraron? —nos preguntó Valentina mientras subíamos por la escalera eléctrica.

—Yo un vestido para cuando llegue la primavera, un abrigo, una falda, un par de zapatos y un chaleco —enumeró Megan.

—¿Y tú, Juliana?

—Nada —le contesté.

—No compró nada, pero le echó el ojo a algo que estaba fuera de su alcance —comentó Megan.

Marry me | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora