Please Stay As Long As You Need || Todomomo

Stumbling

Se encontraba caminando en el pasillo, cerca de la habitación de la chica de cola de caballo.

Quería hablar con ella...

No.

Necesitaba hablar con ella...

Si tan sólo hubiera reaccionado antes de que saliera de ahí, a lo mejor no se sentiría tan culpable por sus acciones.
Debía aclarar las cosas antes de que todo se volviera mucho más raro para ambos.

Vio la puerta de su cuarto y no pensó dos veces en correr hacia ella para tocar.

Sin embargo, algo iba a impedir que lo hiciera...

Más bien alguien...

De aquella habitación salió su amigo de mal carácter sonriendo de lado que caminaba de regreso a su piso.

¿Qué hacía aquí?

Se preguntó en cuanto lo vio irse.

Caminó un poco hasta quedar frente a la puerta blanca del cuarto de la muchacha. Tomó la perilla de ésta pero no la giró, sólo se quedó ahí parado.

Estaba confundido...

No pensaba mal de ellos, pero tenía la sensación de que podía ser algo inoportuno hablar ahora.

Imaginaba que si él fuera ella a lo mejor no querría hablar por un buen rato, esperaría el momento indicado.
Eso pensaba que diría Momo.

Incluso imaginó que prefería hablar con Bakugo antes que con él.

Lo mejor era darle su espacio, al menos hasta que estuvieran más tranquilas las cosas entre ellos.

Si, eso haría...

Soltó la manija y caminó hacia el lado contrario de dónde venía.

Ahora no es el momento...

Se repitió a si mismo esas palabras durante todo el trayecto hacia su cuarto.
Una vez ahí se arrojó boca abajo a su tatami.

Ya no quería por el momento pensar en la chica de cabello negro.

No necesitaba más de las estúpidas ideas que le vinieron a la cabeza después de ver al rubio cenizo salir de su habitación...

Lo arreglaría después...

.
.
.
.

Al día siguiente se levantó más temprano de lo habitual y con una pesadez en el cuerpo muy anormal.

Había dejado de tener esa sensación hace mucho tiempo, no entendía por qué ahora...

O tal vez si.

Después de lo que ocurrió con Yaoyorozu, él no tuvo la iniciativa de hablar con ella ni de verla por el resto del día. Se limitó a estar dentro de su cuarto por un muy buen rato; acostado y pensando en lo que había sucedido.