El amor es hermoso pero complicado | ᶻᵒᵈⁱᵃᶜᵒ ᵇˡ

17.

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~Narra Gavin~

Hoy empezaba el concurso, me mandaron la información y lo que tenía que mostrar en las fotografías.

Era la naturaleza. Oh, que lindo. Como estoy en el concurso el director me dijo que me enfocara únicamente en él.

Lo encontré muy amable de su parte, pero me negué. Así que igual fui al trabajo. Después de la jornada me iré a tomar fotos.

—Hola, grandulón—me saludó Hydra.

—Hola, hobbit—la saludé de vuelta.

—¿Cómo te ha ido con ya-tú-sabes?—subió y bajó sus cejas.

Yo sonreí orgulloso.

—He progresado bastante con mi crush. Es mejor de lo que esperaba y demasiado, pero demasiado lindo.

—¡Oh sí! Ya quiero ver su boda—mencionó ella y se sacó una lágrima falsa.

—Bueno, tampoco tanto. Estamos progresando, pero claramente él no sabe que es mi crush. Si se lo digo probablemente se asuste y se aleje. 

—Está bien, es tú decisión. Pero no creo que se asuste—negó con su cabeza.

—¿Quién no se asustaría?—preguntó una nueva voz. Volteé y vi el sedoso pelo rubio de Leroy—Hola, Gavin.

—Hola Leroy. ¿Cómo estás?—le pregunté disimulando mi nerviosismo. Espero que no haya escuchado mi conversación con Hydra.

—Bien. Porque te vi—me guiñó un ojo coquetamente. Yo le sonreí de lado.

—¿En serio? Pues yo también estoy bien—también le lancé una sonrisa coqueta.

Vi que Leroy se sonrojó. Sonreí más. A veces me gustaba molestar a la gente.

—¡Leroy! Aquí estás—soltó un chico de pelo castaño y ojos verdes.

—Oh, Corvus me asustaste—mencionó el nombrado.

—Sí, lo siento. Te necesitan en el camerino—le habló a Leroy y luego se giró a Hydra—. Por cierto, hola, hermana.

—¡¿Son hermanos?!—pregunté al unísono junto a Leroy.

Ellos se pusieron con cara de "en serio"

Con Leroy nos miramos y luego volvimos a mirarlos.

—No se parecen en nada—dijimos al mismo tiempo de nuevo.

—Sí, lo sabemos para qué hacen tanto alboroto la gente nos mira raro—soltó Corvus regañándonos.

—Pues, lo siento—se disculpó Leroy.

—Ahora tú, te vas al camerino que te necesitas cambiar—le indicó o más bien le ordenó Corvus a Leroy.

—Ya...ya voy. Vaya paciencia—se fue refunfuñando Leroy.