•| No soy gordito |• © Taegyu •

˚੭🥠 Capitulo 16

Sentir esa ilusión crecer con el tiempo, su corazoncito latiendo como loco y creyó por un momento, ser un Omega con la carita rojiza de tómate.

Taehyun miraba al castañito en espera de una respuesta, viéndolo en un debate de pensamientos y quizá supo la respuesta al sentir un besito en su mejilla.

- Di-dilo una vez más... - De forma inesperada, Beomgyu lo abrazo y enterró su carita en aquel cuello blanquecino, inhalando ese aroma como si fuese su oxígeno - M-me gusta...

- ¿Qué cosa? ¿Qué estoy enamorado de ti? ¿Qué me traes loco? ¿Cómo un bobo? ¿Qué... Qué te amo? - Miró esos cachetitos rosados, viendo la timidez del castañito - ¿Amor?

- L-lo dices tan fácil... Papá dice que amar es algo serio - Recordó, apartándose un poco y verlo a los ojos, nervioso - Estas siendo serio, ¿Verdad? Papá dice que, solo las personas que se aman... Tienen el derecho de decir aquello.

- Yo te amo.

Beomgyu lo miro incrédulo, pero esos bonitos ojos destellaban una sinceridad verdadera, remojo sus labios, insultándose por lo mimoso que estaba su Omega por esas fieles palabras, su aroma sutilmente trataba de envolver al Alfa... Como marcándolo, hasta que Taehyun se dio cuenta.

‹Contrólate tonto, contrólate› se dijo Beomgyu sonrojado, pero ¡¿Cómo podía controlarse con semejante barbaridad que había soltado Kang Taehyun, el Capitán de fútbol alias el chico malditamente popular?! ¡No podía!

- ¿Estas...?

- ¡Shh! ¡Y-ya vámonos! - Interrumpió nervioso y alterado, parándose y verse nuevamente envuelto por Kang - ¡T-tengo hambre! ¡Mi pancita no aguanta mucho! ¡Así que suéltame!

Taehyun se negó a reírse allí mismo, sabía que si lo hacía, Beomgyu le pegaría con esas suaves y pequeñas manos. Aunque debía aceptar que el de hebras pintorescas tenía una fuerza de Alfa, y definitivamente Taehyun no quería más dolor en su cuerpo. Lo miro con un pucherito y rogó tiernamente.

- Quiero acompañarte, gordi-... ¡Bonito! ¡Bonito!

El Omega lo miró dudoso, negando frenéticamente y ganarse un puchero.

- No. Eso no.

Taehyun aulló como perrito, abultando sus rojizos labios, mostrando un pucherito lastimado, aunque no convenció al castañito de mirada seria.
Sin saber, que Beomgyu retenía las inmensas ganas de besar el puchero del mayor, verlo rogar para acompañarlo, era una cosita muy tierna. No creía conocer aquel lado del famoso Capitán, actuar como un niño haciendo un berrinche.

- ¡Vamos, amorcito! - Rogó, abrazando más fuerte al menor - ¡Déjame ir contigo!

- ¡No tienes que llamarme de esa forma! - Reprochó, con un rubor, dando golpecitos en su cabeza - ¡Y no, no iras conmigo!

- Pero- - ¡Silenció un momento, y pensó algo con que el Omega cayera fácilmente a sus palabras! Bingo - ¡Prometo comprarte todo lo que quieras!

- ¡Ya te-... - ‹Wow, wow, paren todo ¿qué?› parpadeó, mirando sorpresivo al Alfa - ¿Cómo dijiste, Taetae?

Taehyun no espero aquella respuesta tan dulce, ganándose una miradita muy inocente del castañito.

- Sí me dejas acompañarte, te compró todo lo que me digas. ¿Qué dices? ¿Acep-

- ¡SÍ A TODO! - Chilló efusivamente, abrazando al rubio y tirando de él - ¡Vamos, vamos!

Beomgyu parpadeó un segundo, no espero que su espalda chocará con el pecho del mayor y trago, sintiendo algo rozar, muy cerca de él. Taehyun aprovechó para pasear nuevamente sus brazos en esa pequeña, muy pequeña cintura. Sintió una pizca de pensamientos - no apto para público - de guiar su diestra bajo aquel Jersey, sabiendo que el Omega le mandaría un puñetazo que recordaría toda una vida.

‹Ay, Luna, ¡Shu, Shu, pensamiento impuros!› suplico pensativo, y es que... Ha de admitir que el cuerpo del Omega era realmente enloquecedor.