➷Capítulo 5

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Ahora comprendía porque no me había buscado, ya tenía a alguien más en su vida, que idiota fui al pensar que era diferente a los demás, no sabría de la sociedad, pero la razón por la que acudía a mí era la misma que el de todos y todas, cumplir sus fantasías y yo de estúpido mandándolo investigar.

Moví la cabeza y me llevé ahí mis manos, tenía ganas de salir del auto y golpear al individuo ese, pero no podía, yo no era nadie en su vida, sólo le calentaba la cama y ni sabía mi nombre. Esperé a que se marcharan y arranqué a toda velocidad rumbo a mi departamento, decidido a olvidarme de él, no merecía ninguno de mis pensamientos, ni de desprecio siquiera.

El viernes se pasó volando ya que tuve mucho trabajo, tenía que dejar todo listo porque haría un pequeño viaje de negocios y no me gustaba que quedaran cosas pendientes. Haikuan me llamó para invitarme a un bar, era cumpleaños de uno de sus amigos y acepté, justo era lo que necesitaba para relajarme y olvidarme de la agobiante semana que había tenido.

Llegué poco después de las ocho, saludé a Haikuan y me presentó a quienes no conocía, era un grupo como de doce personas, incluido él. Me senté a su lado y pedí un tequila, necesitaba algo fuerte, cuando me lo llevaron me lo bebí de un solo trago y pedí otro que me bebí de igual forma. Haikuan me miró extrañado, pero yo me encogí de hombros y giré mi cabeza para inspeccionar el lugar.

La música sonaba a todo volumen y varias personas bailaban, en su mayoría chicas. Me tomé el siguiente tequila y pedí uno más, en eso me di cuenta que un hermoso chico me miraba jugando sensualmente con el popote de su bebida, yo me lamí los labios y le guiñé un ojo, el sonrió, dejó el vaso y se levantó de la silla, yo también me levanté hipnotizado por su belleza, sentí que Haikuan me jaló de la mano, pero yo me solté.

Caminé al centro de la pista y me encontré con el chico, llevaba una camisa que le llegaba arriba del ombligo, cruzada y amarrada por el cuello, dejando sus hombros y su espalda al descubierto, el pantalón ceñido a la altura de la cadera y zapatos de plataforma, el cabello oscuro, no distinguí muy bien el color de sus ojos por la media oscuridad que había, pero lo que sí distinguí perfectamente fue el fuego en ellos.

Puso sus manos sobre mis hombros y empezó a bailarme sensualmente contoneándose al tiempo que pegaba su cuerpo al mío, sentí su miembro sobre el mío rozandolo y al momento me di cuenta de que el estaba buscando lo mismo, había salido a cazar y definitivamente había encontrado a su presa.

Puse mi mano alrededor de su cintura por debajo de su ropa,  tocando su piel desnuda y lo atrajé más hacia mi cuerpo y empecé a moverme junto con el al ritmo de la canción que se escuchaba, nuestros rostros estaban muy cercanos, acorté la distancia para besarlo, pero el echó su cabeza hacia atrás impidiéndomelo y se giró, se agachó y pegó sus nalgas a mi miembro rozándolo mientras se levantaba lentamente y se seguía moviendo, lo abracé por el abdomen y volvimos a danzar juntos, peligrosamente cerca con nuestras piernas entrelazadas, continuamos así por varios minutos rozando mi torso contra su espalda y frotando mi miembro en sus nalgas mientras sentía como me excitaba. No pude resistirme más y le besé el cuello, el se separó y se volteó, movió uno de sus dedos negativamente y con la otra mano tomó la mía y me jaló arrastrándome entre la gente.

Estaba completamente loco, no sabía lo que hacía, pero ya estaba bastante pasado de copas y necesitaba sacarme a ese chico de la cabeza, no importaba con quién fuera.

Empujó fuertemente una puerta y salimos a la parte trasera del bar, había varios contenedores de basura y una luz que parpadeaba casi a punto de extinguirse. Me acorraló contra la pared y me besó ansiosamente en tanto yo ponía mis manos sobre sus nalgas y lo pegaba más a mi cuerpo, si es que eso era posible. Rompió el beso y se dirigió a mi cuello que lamió y mordisqueó a su antojo mientras yo le deshacía el nudo de la camisa y lo dejaba caer, sosteniéndose únicamente de la cintura, enterré mi boca en su pecho y me los comí, lengüeteando y mordiendo sus duros pezones, el gemía y con una mano me acariciaba el miembro encima del pantalón, con gran habilidad lo desabrochó y liberó mi dureza de su prisión.

Ardiente Tentación 2 [YiZhan] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora