True Love

Epílogo

Años después

Edades
Jimin: 46
Seoyeon: 44
Los gemelos: 18
HeeJin: 16

Narra Seoyeon

Me encontro trabajando en mi boutique, al mis hijos estar más grande pasaba un poco más de tiempo enfocada en mis diseños. A fin de mes tengo una nueva colección, mis hijos y sobrinos son mis modelos, eso me encantaba. Son mi motivación

La colección de verano de este año sería un poco diferente. Para las mujeres sería una paleta de colores tono pastel incluye; faldas, vestidos, conjuntos, camisas, shorts, entre otros. Mientras que la de hombre serían colores fríos con algunas bermudas, camisetas, y pantalones sueltos.

Mi asistente entra a la oficina pasándome una llamada del colegio de mis hijos.

—Buenos días señora Park habla con la directora del colegio.

—Buenos días, ¿Pasó algo con mis hijos?

—Si señora Park, le recomiendo que es mejor que venga. Sus hijos se han peleado con otro estudiante.

Al colgar la llamada me deja un poco alarmada, ellos nunca han sido de pelear y menos de pegarle a otra persona.

Llamo Jimin a ver si me puede a acompañar al colegio de estos.

—Hola amor.

—Hola mi vida, ¿cómo estás?

—Bien amor, amor ¿Estás muy ocupado?

—Más o menos linda, ¿Pasó algo?

—Algo así, bueno, me llamaron del colegio y al parecer los gemelos se metieron en una pelea.

—Ya veo, si quieres yo voy, yo me encargo de todo si, quédate tranquila.

—Vamos los dos, somos sus padres.

—Tranquila amor, yo iré y al salir de ahí vamos a la boutique.

—Bien, cualquier cosa me avisas.

—Seguro, ahora nos vemos, te amo.

—Te amo más.

Cuelgo la llamada y me deja un poco intrigada de que fue lo que pudo pasar.

Narra Jimin

Al Seoyeon llamarme y contarme lo que pasó con mis hijos, me dejo pensando. Ellos no son de pelearse, pero algo me dice que tiene que ver con esos chicos con los que los vi la última vez a en la salida.

Le digo a mi secretaria que cancele todas mis reuniones del día y que si surge algo importante Baekhyung se hará cargo.

Manejo lo más rápido que puedo hacia el colegio. Al llegar me dirijo a grandes zancadas a la  dirección. La secretaria me deja entrar y veo a mis dos hijos con el uniforme desarreglado y algunos golpes en la cara.

—Buenos días señor Park. Imagino que ya sabe por qué los llame.

Yo asiento, mientras veo a mis hijos. Estos me dan una mirada y entiendo perfectamente lo que pasó.