O19

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—¿Estás seguro de esto?

—Completamente.

—Pero...

—Pero nada. Deja de preocuparte tanto —contestó HeeSeung mientras jalaba a JungWon suavemente del brazo.

Se dirigían a su anterior punto de encuentro; el parque.

Eran alrededor de las 12 p. m. El silencio reinaba en las calles, viento suave recorría la zona y pisaban las hojas secas que se encontraban en el suelo debido a la falta de luz. Minutos antes pasaron a la tienda de convivencia comprando lo de siempre, una leche de fresa y la cajetilla de cigarrillos. Casi se había convertido en rutina, incluso siempre veían al mismo chico que pasaba las cosas para cobrarlas. Era una situación que disfrutaban. Bueno, a JungWon no le agradaba lo que HeeSeung compraba sinceramente, era como comprar un pasaje a la muerte...

¿Podría sonar exagerado? Exacto.

Pero en su defensa, tenía un tío hermano de su padre que fumó desde muy joven y murió debido a un problema de oxigenación por el cigarro. Ese mismo tío era como un ejemplo que tuvo desde pequeño para no hacerse adicto a cosas de ese estilo.

Llegaron a el área de los columpios y HeeSeung se detuvo de golpe.

—¿Qué ocurre?

—Cambiaron los colores de los columpios.

Realmente el menor ni siquiera se había dado cuenta pero al parecer su chico tenía buen ojo.

Ahora los columpios eran amarillo y verde, incluso se veía que tenían poco uso tras la recién pintada, no estaba desgastado ni se notaba el óxido a simple vista.

Miró a el mayor encogerse de hombros y tomó el columpio verde, él tomó el amarillo.

—¿Por qué estamos aquí?

—Quiero estar un rato en paz... Contigo.

Y es cierto, desde que su vida se convirtió en una aventura pasando de casa en casa e ir a lugares recurrentes donde había mucha gente, no habían tenido un rato para ellos sin el miedo de que el señor Lee los encontrara en la habitación de HeeSeung.

El sonido de un plástico rompiéndose indicando que el más alto había abierto su compra hizo a JungWon desviar la mirada. De pronto una idea pasó por su mente. Sacó de su mochila el bote de leche, mientras su mayor buscaba el encendedor en su bolsillo le quitó hábilmente el cigarro y cuando este se inmutó de eso, le dio un beso.

La mano de HeeSeung acarició la mejilla de JungWon y lo atrajo aún más fundiéndose en un apasionado beso hasta que les alcanzó el aire.

—Por favor...

—¿Qué ocurre?

—No fumes hoy.

Sus ojos mostraban súplica, los contrarios mostraban una especie de arrepentimiento.

Una clase arrepentimiento que en su pecho estaba presente la mayor parte de el tiempo que pasaba con JungWon. Se arrepentía porque reconocía que el menor se preocupaba por él, de que en parte la situación con la madre de Won era culpa de él, era consciente de muchas cosas, mas no sabía como arreglar todo. Sólo le quedaba JungWon y nadie más.

En repetidas ocasiones el castaño le decía que no era su culpa, que todo estaba bien, que era sólo algo temporal y después podrían estar bien y tranquilos pero con el pasar del tiempo parecía que todo empeoraba. Era extraño.

Asintió lentamente y tras tomar de nuevo el rollo que contenía la nicotina, lo volvió a guardar en su caja. Pudo percibir una leve sonrisa de parte de JungWon.

strawberries & cigarettes.Where stories live. Discover now