|41| Herederos

307 11 3
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Moscú, Rusia

Hades

Llegamos a Moscú después de un largo vuelo desde Palermo. El frío ruso nos golpeó en la cara en cuanto salimos del aeropuerto. Leandro y yo caminamos por las calles de la ciudad, envueltos en nuestras chaquetas de cuero negro, mientras buscábamos algún rastro de Iris o cualquier cosa que nos indique el porque la Ndrangheta estaba tan enfocada en Moscú.

Sabía que no podíamos hacer esto a espaldas de mi padre, pero tenía que hacerlo. Él nunca entendería que Iris era una verdadera amenaza para nosotros. Para él, ella era solo una mujer letal, pero sin indicios de querer dañarnos, pero yo sabía mejor. Había oído hablar de sus planes, pero había muchas cosas inconclusas.

Leandro y yo finalmente llegamos a un bar en el corazón de la ciudad. No era el tipo de lugar en el que mi padre iría, pero sí era perfecto para alguien como Iris y la Bratva. Nos sentamos en una mesa en la esquina y pedimos un par de bebidas. Mientras esperábamos, escuchamos las conversaciones de los hombres en el bar, intentando captar alguna pista sobre Iris.

De repente, la puerta se abrió y entró una hermosa mujer de cabello caramelo y ojos verdes acompañada de nada más ni nada menos que Nicholai, el jefe de la Bratva. Reconocí inmediatamente a Iris, y ella a nosotros. Una sonrisa desafiante apareció en su rostro mientras se acercaba a nuestra mesa luego de decirle a Nicholai que luego los alcanzaba.

—¿Qué hacen aquí, Hades?—, preguntó con tono burlón.

—Quiero hablar contigo—, respondí con calma.

Ella se rió. —¿Y por qué debería escucharte? No eres una amenaza, mucho menos aquí en Moscú—

—Y tú eres una amenaza para todo el que te rodea—, respondí con firmeza.

Leandro me miró con preocupación, pero no dije más. Iris sabía por qué estábamos allí. Ella sabía que habíamos venido a Moscú para encontrar pistas par ganar su retorcido juego.

La tensión en la habitación era palpable mientras Iris y yo nos enfrentábamos el uno al otro, medidos. Sabía que tenía que encontrar una manera de hacer que Iris entendiera el peligro que estaba corriendo al desafiar a la Bratva.

—Escucha, Iris, no tienes idea de lo que estás haciendo—, dije, tratando de mantener mi voz calmada. —Si continúas con tus planes, Nicholai no tendrá otra opción que eliminarte, una lástima que la heredera de la Cosa Nostra y la Ndrangheta muera—.

Ella se rió de nuevo. —No se de donde habrás sacado eso de que soy la heredera de la Cosa Nostra, pero más te vale que te calles o yo misma me haré cargo. Dejando eso de lado, no le tengo miedo a Nicholai, ya estamos en paz. Además, si decide eliminarme soy lo suficientemente fuerte como para enfrentarlo y lo sabes—.

La conversación se volvió cada vez más tensa, y la atmósfera en el bar se volvió cada vez más hostil. Sabía que esta conversación no iba a terminar bien.

El Juego ProhibidoWhere stories live. Discover now