3.Eres un idiota

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Isabella.

Son las diez de la mañana cuando escucho un susurro en mi oído — ¿Me puedes acompañar al baño? Cami con expresiones que en serio necesita ir al baño, yo ruedo los ojos porque recuerdo que los baños están al otro extremo de nuestra aula haciendo que caminemos por todo el largo pasillo, con una sonrisa de boca cerrada asiento y nos levantamos. —¿Podemos ir ambas al baño? — pregunta Cami, el profesor de matemática nos observa con duda así que intervengo casi en un susurro — "Cosas de chicas" el profesor hace una mueca y señala la puerta dándonos el pase verde, salimos del aula, cuando pasamos por la cafetería, observo que este alguien sentado en unas de mesas —A lo mejor está castigado — dice Camila viendo que estoy intrigada en saber qué hace fuera del aula. — Si a lo mejor — respondo en un tono frio y ya sin importancia de aquel sujeto.

Justamente cuando pasamos enfrente de él sus ojos cafés claro encontraron los míos, tenía una miranda profunda y que aterrorizaba a cualquiera, pero no a mí, nadie era capaz de intimidarme y solo seguí caminado detrás de Camila quien no había visto nada, y heche un vistazo sobre mi hombro y esos ojos me seguían viendo, entramos al baño y solté un susurro —¡Maldito! ¿quién se cree que es? sabes le voy a preguntar quien demonios es y qué le pasa porque nos está viendo como si nos odiara — Camila abre la puerta del baño y dice — No nos veía, te veía a ti — me cruzo de brazos y Camila solo encoje los hombros, cierra la puerta y yo decido ir a enfrentarlo, cuando salgo del baño lo veo aun sentado en las mesas cuando me acerco el profesor de literatura lo llama — Sebastián, por favor regrese al aula. — Me detengo de golpe porque no quiero tener una discusión por unas miradas enfrente del profesor se levanta de la mesa es alto su cabello negro desordenado usando unos jeans azules y una sudadera gris con unos tenis Adidas del mismo color por lo que observo puedo notar su musculatura ¡Oh por Dios! es hombre jodidamente es guapo.

Sus ojos vuelven a encontrar los míos y camina hacia mí, el profesor se aclara la garganta y con un tono furioso le grita— Sebastián Anderson regrese al aula o llamare a la directora— él solo le da una risa de medio lado y sigue caminando mis manos están sudando siento mi corazón se está acelerando se detiene a unos pasos y habla...

¿Necesitas algo... — hace una pequeña, pero burlista pausa —novata— realmente quiero golpear a este chico, pero me controlo y solo le digo — no, creo que no vale la pena— le doy una sonrisa falsa, el aprieta su mandíbula ¿Está enojado? ¿Le rompí su ego? Gane esta pelea, era de esperarse soy de las personas que no se sienten intimidadas por nadie, así que de seguro le di una lección a este estúpido; de repente él da dos pasos hacia mí decido no retroceder para no verme acorralada con semejante depredador, baja su mirada a mis labios y luego se acerca a mi oído susurrando.

—Veremos si después de que te folle y te haga gemir mi nombre te sigo pareciendo que no valgo la pena— trago grueso y siento como si mi corazón se va a salir del pecho puedo sentir lo sonrojada que estoy y lo peor que él va a ver que controlo la situación y esto no es mío estoy tan acostumbrada a tener todo bajo control y a no ser intimidada por nadie.

Él se separa de mí y con su dedo índice toca la punta de mi nariz y me guiña el ojo dándose la vuelta con una sonrisa como si se hubiese ganado algo.

—¡Eres un idiota!

—¿Qué dijiste, novata?

— Eres. Un. Idiota. — le deletreo palabra por palabra.

—Un idiota que te dará el mejor orgasmo de tu vida.

Estoy a punto de darle una cachetada cuando de repente mi mejor amiga la que había olvidado en el baño grita —¡Gracias por dejarme sola en el baño! — el idiota parado delante de mí le echa un vistazo y luego vuelve la mirada hacia mi cuando Cami se acerca él se va a su aula.

—¿Me pedir de algo? — me pregunta tan confundida.

Si de hecho pudiste a ver escuchado como el chico sexy de segundo año me proponían perder mi virginidad mientras me daban el mejor orgasmo.

Con una voz firme le respondo — De nada que valga la pena— entramos al aula y escribo las normas que el maestro tiene escritas en el pizarrón unas son dentro del aula, otras dentro de las instalaciones de la preparatoria y las ultimas de cómo están divididas las materias. Menciona que tenemos una materia del idioma Frances, siempre he tenido dificultades con ese idioma.

Salimos a la hora de almuerzo yo veo una mesa que está en un lugar perfecto, no en el centro ni en la orilla de la cafetería y podemos ver toda preparatoria desde ese ángulo, a mi lado esta Cami, frente de ella esta Alexis y frente mío Daniel. Todos estamos comiendo con lasaña acompañada con una Coca-Cola, cuando comemos juntos decimos en coro —"Buen provecho"— en ese momento pasa Sebastián por nuestra mesa y su mirada busca la mía, pero encuentra la de Dani quien esta tan tenso aprieta los puños y sus nudillos están blancos y con toda la frialdad le pregunta —¿buscas a alguien o qué? — él ignora le pregunta y se va. —Vaya que tenemos buenos guardaespaldas— dándole una sonrisa a Dani para que se relaje un poco y podamos comer en paz. 

Siempre serás túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora