Capítulo 3.

1.5K 149 652
                                    

¡Hola mis bonitos lectores! Mi fantasía sexual máxima en estos momentos es reactivar todas mis tramas este mes, partiendo por esta. La actualización de hoy está dedicada y se encuentra patrocinada por yennifernayelisanche y Lady__Kate porque ambas me pidieron con mucho amor que continuara este fic, y ya sabes, ustedes mandan, yo cumplo. Muchas gracias a quienes se toman el cariño para leer.

¡Espero que les guste!

¡Espero que les guste!

ओह! यह छवि हमारे सामग्री दिशानिर्देशों का पालन नहीं करती है। प्रकाशन जारी रखने के लिए, कृपया इसे हटा दें या कोई भिन्न छवि अपलोड करें।

—Es un buen lugar.

—No hay nada aquí. —Las palabras pendieron con una impresionante monotonía de su boca, estaban tratando de hacer que la luz funcionara cuando se escaparon por unas mantas—. Además, siempre hay viento.

—¿Odias este lugar? —Él enfocó su atención en un punto vacío.

—No tengo sentimientos especiales. —Mentira.

Cape Cod era un pueblo que parecía sacado de una novela de Stephen King, campos de maíz infinitos y pueblerinos que odiaban a los forasteros. Era francamente hilarante la facilidad con la que desmemoriaban lo importante, como Barba Azul por ejemplo, porque era demasiado incómodo de ver o siquiera recordar. Él suspiró, enfocando su atención en el restaurante de su padre.

—Pensé que ya lo había superado.

Jim Callenreese era una mierda, lo dejó al cuidado de su hermano mayor, no les pagó mantención ni mucho menos le importó su calidad de vida, por eso le fue tan fácil caer en las garras de Papa Dino. ¿Papa Dino? El nombre le sentaba de maravilla, le dijo que lo amaría como un padre lo debía hacer cuando lo prostituyó en el Club Cod. Por un tiempo, Aslan realmente creyó que así era el amor, no tenía más referentes y era apenas un niño, estaba agradecido de que ese pedófilo no tuviese hijos. Perdió la cuenta de las veces que esperó ser rescatado por su padre y no pasó, probablemente lo dio por muerto o ni siquiera le importó, no debería sorprenderle que lo llamase puta ahora.

Pero lo hizo.

Y maldición, le dolió.

Al menos esperaba que se contuviera por Jade.

Se hizo un ovillo cerca del lago, había anochecido y el sueño le era imposible de conciliar. Él hundió su mentón entre sus rodillas, temía que efectivamente existiese un gen para la negligencia. ¿Acaso lo cuestionaba? También era un papá de mierda. Fue incapaz de sostener a Jade cuando lloró, ni siquiera le puso nombre, le aterrorizaban esos ojitos repletos de inocencia, porque eran un constante recordatorio de lo que tuvo y perdió. ¿Se acostó con mil hombres? ¿O con un millón? Contarlos no lo cambiaría. Negó, necesitaba concentrarse en los descubrimientos que hicieron, ya tendría tiempo para aborrecerse luego.

Abraham Dawson.

Los Ángeles, 42 Westwood.

«Banana Fish».

De pandillero a papá soltero.जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें