Capitulo 4.9: fonofobia

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Vernon y Chan habían corrido rápido, al menos lo más que pudieron, pero ese esfuerzo ni siquiera fue suficiente.

Ellos también fueron separados, no porque alguno haya tropezado, sino que de la nada salió una horda de personas que los empujaron con fuerza, tratando de huir de algo que ellos no podían ver. Pero aquello ocasionó que ambos no consiguieran mantener sus manos unidas y terminaran perdiéndose entre la multitud gracias al desastre que los demás a su alrededor no dejaban de hacer.

Vernon se vio arrastrado por unos cuantos metros hasta que logró huir de aquellas personas, metiéndose en un pequeño callejón que había cerca de allí. Después de eso, intentó poco a poco volver por donde había venido, de ninguna manera iba a dejar a Chan ni a sus amigos allí solos.

Desafortunadamente no pudo avanzar mucho cuando repentinamente comenzó a escucharlos.

Parecían ser algunos fuegos artificiales, aquellos que él detestaba y que lo ponían bastante mal.

Cada año nuevo a sus amigos les gustaba ver el espectáculo de fuegos que estallaba en aquella plaza a media noche, a todos menos a él. Por eso Chan siempre se había quedado a su lado, mientras le colocaba unos audífonos y ponía música que lo ayudara a relajarse, justo como había aprendido a hacer en sus terapias.

Sin embargo allí no estaba Chan, ni ninguno de sus amigos que pudiera ayudarle. Vernon estaba completamente solo (figurativamente hablando, claro, porque aún era consciente de las personas a su alrededor que seguían corriendo), sin nadie que pudiera ayudarlo como él necesitaba.

Y las cosas se pusieron feas cuando el sonido comenzó a hacerse más fuerte, con los fuegos artificiales estallando cada vez más cerca de él. El chico se dio cuenta de inmediato de que aquellas explosiones se hacían más y más grandes.

Intentó tapar sus oídos con fuerza, pues no llevaba sus confiables audífonos de siempre, los cuales se habían quedado en su casa. Presionó con fuerza, intentando que el ruido no pasara, pero aquello pareció no funcionar.

Ya empezaba a sentir el sudor recorriendo su frente con una sensación desagradable sobre su piel, se mareó un poco y sólo esperaba no comenzar a vomitar en cualquier momento.

Presionó con más fuerza, pero pronto más explosiones se hicieron presentes en el cielo, a pesar de que nadie más cerca de él parecía reparar en aquella vista en el cielo, en donde todo estaba lleno de chillantes y horribles colores que sólo empeoraban el estado de Vernon.

Y como si aquello se tratara de una verdadera tortura, pronto sus manos se volvieron inservibles sobre sus oídos, pues el ruido las traspasaba como si nada, llegando a sus oídos, inundándolos de aquel atronador e irritante sonido, haciendo que retumbara en su mente una y otra vez.

Vernon cerró sus ojos con fuerza y apretó los dientes, el sonido cada vez era peor, estaba seguro de que se quedaría sordo en algún momento, pues el ruido estaba sobrepasando los límites de cualquier otro sonido que haya escuchado antes y que lo haya puesto de aquella manera.

Y de pronto lo sintió.

Sus manos repentinamente comenzaron a sentirse húmedas y un poco pegajosas. Sin poder evitarlo y un poco asustado, de inmediato las separó y se dio cuenta de que estaban llenas de sangre, la cual era fácil de sentir naciendo de sus oídos.

Fue aquella imagen la que pudo con él, logrando lo que no quería que sucediera.

Entonces Vernon se desmayó.

–¿Vernon? –Escuchó el suave susurro cerca de él

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–¿Vernon? –Escuchó el suave susurro cerca de él.

El sonido sonó un poco más alto que de costumbre, pero Vernon de inmediato supo que se debía a lo que le había pasado antes de desmayarse. Sin siquiera abrir los ojos era consciente lo que sucedía a su alrededor aún. Se había desmayado demasiadas veces antes como para lograr acostumbrarse a aquello.

Pronto fue consciente también de que su cabeza estaba recargada en las piernas de alguien. Las pequeñas manos de su novio en sus mejillas, acariciándolas con tranquilidad, como siempre que intentaba calmarlo, le dijo que se trataba de Chan.

Poco a poco abrió los ojos, un poco cegado por el sol mañanero encima de él. Rápidamente se dio cuenta de que ya no había fuegos artificiales estallando encima de él, pero los gritos a su alrededor aún se escuchaban.

Había estado manteniéndose relajado todo el tiempo que había estado en la avenida, intentado con todas sus fuerzas no estresarse o ponerse mal. Y ahora que Chan le estaba ayudando nuevamente con su tacto, las cosas parecían ir mejor para él y su miedo.

–¿Cómo te sientes? –Volvió a preguntar con suavidad Chan. Vernon de inmediato sonrió.

–Mejor ahora –respondió en un ronco susurro. Y hasta ese momento se dio cuenta de que era probable que antes de desmayarse y mientras aquellos sonidos lo atacaban, él hubiera estado gritando de desesperación.

Chan sonrió inconscientemente, aunque de inmediato quitó esa expresión, pues su rostro dolía. Y cuando Vernon por fin pudo abrir bien sus ojos y miró el enorme moretón que se estaba formando en el bello rostro de su novio, se preocupó. Abrió sus labios para preguntarle lo que le había pasado, pero Chan sólo negó un poco y se acercó al mayor besando sus labios cortamente.

–Ya habrá tiempo para hablar de esto –dijo–, ahora debemos encontrar a los demás y asegurarnos de que están bien.

A regañadientes Vernon asintió. Sabía que su novio era terco, por lo que no le ganaría ni por error en aquella discusión de prioridades. Por eso sólo se dejó ayudar por él y se puso de pie.

Ambos caminaron un poco, pegados a las tiendas aún abiertas para que las personas que pasaban no los empujaran. Pero tuvieron que detenerse de pronto cuando, en el suelo y a una pequeña distancia de ellos, vieron a Joshua.

El mayor siempre había sido tranquilo, con aquella personalidad calmada que le daba a su grupo de amigos una paz enorme cuando las cosas se salían de control. Pero aquello que veían delante de sus ojos estaban seguros de que no podía tratarse de Joshua, no de su amigo.

El mayor estaba tirado en el suelo, llorando. Con sus manos parecía querer arrancarse a piel por completo. Su rostro estaba lleno de sangre y heridas, sus brazos estaban tan rojos que ya no podían distinguir entre la sangre y la piel enrojecida por sus uñas.

Sólo bastó esa vista para que ambos comenzaran a correr en su dirección dispuestos a detenerlo de inmediato antes de que se lastimara aún más.

Sólo bastó esa vista para que ambos comenzaran a correr en su dirección dispuestos a detenerlo de inmediato antes de que se lastimara aún más

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–¡JUN! –Todos escucharon el grito de Minghao mientras corría en su dirección.

Chan llevaba a Joshua recargado de un hombro, mientras Vernon y Seokmin ayudaban a Jun, que apenas y podía mantenerse de pie. Los cinco se dirigían hacia ellos, pues a la distancia los habían visto y decidieron acercarse a ellos antes de buscar a los demás.

Los adultos voltearon debido al grito, al igual que sus demás amigos, y todos se sorprendieron al ver a los demás así de heridos.

Handong se puso de pie. Había estado con Yoobin, cuidándola, pero en el momento en el que vio a los demás chicos recién llegados, de inmediato se acercó a ellos para comenzar a revisarlos.


Meet Me In The Woods || Jicheol / JeongcheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora