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Miraba con desinterés la gente que salía de la cafetería o que seguían tomándose sus cafés. Tamborileé mis dedos sobre la encimera mientras miraba el reloj, esperando la hora de que me fuera de ahí. Me despejé cuando Soojin me llamó.

― ¿Me ayudas con estas cajas? ― señaló las cinco cajas que estaban en el suelo y cogió una en brazos. Asentí y la imité.

Soojin era nuestra nueva compañera que se había incorporado al grupo hace un par de semanas. Era un poco coqueta y más de una vez la había pillado mirándome fijamente, pero en los descansos nos fuimos conociendo, bueno, o yo conociéndola a ella, porque me quedaba callado y solo la escuchaba. Aunque ella también era un poco tímida al principio, con los días se empezó a sentir más cómoda entre nosotros. También me comentó que los días que tenía libres iba a una academia de Taekwondo, me parecía fascinante que alguien tan pequeño pudiera dejarte K.O con un puñetazo bien dado. Era maja, aunque a veces era muy pesada. No me desagradaba mucho.

Felix pasó a nuestro lado y vi que le daba un papel doblado a un chico que estaba en la entrada.

― ¿Te llegó mi carta? ― fue lo primero que preguntó cuando nos quedamos solos en el vestuario. No le contesté y se acercó a mí. ― Joder Seungmin. Mírame, por favor. ― le hice caso y le miré por unos instantes.

― ¿Qué carta? ― nadie me había dado nada que fuera por parte de Felix.

― ¿Cómo que "qué carta"? ― volvió a preguntar con irritación. ― ¿No la has leído? ―

― No he leído nada tuyo. ― dije y di por zanjada aquella conversación con la que no quería seguir. Iba a abrir la puerta pero me detuvo porque tiró de mí para que no saliera.

― ¿Es en serio? ― me pegó a la pared y me miró fijamente. Asentí y me soltó un poco. ― Te pedía disculpas, y te las pido ahora, y si quieres lo hago mañana y el próximo día y la semana que viene. ―

― ¿A qué viene todo esto? ¿Por qué me lo dices? ― pregunté y me deshice de su agarre. ― ¿Te gusto? ― cuestioné de nuevo cuando le empujé un poco para alejarle.

― Empezabas a gustarme. Imbécil. ― contestó cabreado y salió del vestuario dando un portazo. Me senté en el banquillo y me pasé las manos por el pelo, despeinándome. Al final me levanté resentido y salí de ahí dando otro portazo.

Eso fue lo que ocurrió el jueves de la misma semana en la que discutimos. ¿Sabéis? Desde aquel lunes me preguntó un par de veces si quería que me siguiera ayudando con Inglés, pero como le ignoraba como si no existiera dejó de insistir.

¿Y si le daba una segunda oportunidad? Todo el mundo tenía derecho a equivocarse... Pero seguía cabreado. Aunque a lo mejor sí que había borrado el vídeo cuando se lo pedí. Pero también actuó como un gilipollas ese día. Estaba muy confuso joder.

Soojin llamó mi atención chasqueando sus dedos cerca de mi cara, y cuando le presté atención me miró con una ceja enarcada.

― Te llaman en el mostrador. ― dejé la caja en su sitio y fui a atender a los clientes.

***

Las horas y los días fueron pasando, y en un parpadeo ya estábamos decorando la tienda con una temática terrorífica porque en un par de días iba a ser Halloween.

― Hyunjin y yo vamos a montar una fiesta a lo grande este sábado, ¿te apuntas? ― preguntó Yeji mientras terminábamos de decorar las calabazas.

― No soy de ir a fiestas. ― contesté y la escuché suspirar.

― Te lo pido como favor, no me quiero quedar sola. Mi hermano ha invitado a todos los de su clase. ― dudé en qué responderle, porque de verdad que cualquier tipo de fiesta con mucha gente me desagradaba. ― ¡Podríamos vestirnos igual! ¡Y te dejo que traigas a quien quieras! Pero ven, porfiii. ―

smile. [ Bang Chan y Kim Seungmin ]Where stories live. Discover now