A life time: Luzuplay! 9

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Era miércoles y seguíais sin hablaros. Ambos erais muy orgullosos y el martes, tío Lolito descubrió porque os habíais peleado, como era de esperase se lo contó a Mangel, pero ninguno de los dos querían decirme. El tío Lolito tenía cara de angustia y sospeché. Yo había estado siendo acompañado al cole por ti todas las mañanas y siendo recogido por tío Mangel los lunes, tío Fargan los viernes, los miércoles venía el tío Veg y el resto de días venías tú. Estabas de mejor humor y ya salías e incluso trabajabas. Pero sin él, no eras tú. —¿Que deberes tienes hoy, enano?—me preguntó mi tío de ojos morados mientras me servía un plato con pescado y verduras.

—De inglés.—comí pescado, sabía rico.—Qué bueno esta, tío Veg.—dije con la boca llena mientras le miraba.

—Nil, no hables con la boca llena.—me disculpé brevemente y luego seguí comiendo mientras le escuchaba.—Bueno, sabes que el inglés no es lo mío. Tengo unas cosillas que hacer esta tarde así que te vas a quedar solo un poco más pronto de lo normal, ¿Vale peque?—asentí ante sus palabras cariñosas.

—Creo que le pediré ayuda a Luzu. ¿Él sabe inglés verdad?—

—Si, es probablemente el que mejor sabe de todo Karmaland.—me contestó mientras fregaba los cacharros del desayuno.

Asentí decidido. Llamaría a Luzu, y ejecutaría mi plan. Tío Veg se fue con un poco de remordimiento, no sin antes supervisar que yo fregara mi plato, dejar un beso en mi frente y recordarme lo mismo que todos me recordaban todos los días.—Que llame si pasa algo, ya lo sé tío Veg.—

Saqué mis deberes de la mochila y miré el reloj. Las dos y media. Papá llegaría a las tres en punto, lo cual me daba media hora para llamar a Luzu. Tenía seis años pero como ya dije, no tenía un pelo de tonto. Salí de la casa con los deberes en la mano, Papá estaba en el ayuntamiento con el tío Lolo, ya que se había convertido en su mano derecha, por lo tanto no me vería ir a ningún lado porque si lo hiciera me prohibiría salir de casa por el resto de mi vida. Corrí escaleras arriba por la gran colina, eso facilitó que fuera más rápido. Al llegar llamé a la puerta con fuerza.
—¡Luzu!¡Necesito ayuda!—

Abriste la puerta y te miré de arriba abajo. Tenías unos pantalones rosas con un estampado de Hello Kitty y una camiseta con una estrella sonriente en el centro en la que, irónicamente, ponía "¡Hoy estoy feliz!". Tenías ojeras y los ojos hinchados, te veías igual de deplorable que Papá hace dos días.
—Por todos los dioses, te ves fatal.—

Una cansada sonrisa adornó tu cara.
—Hola a ti también Nil. Venga, pasa y cuéntame que haces aquí.—me ofreció.

—No puedo pasar, tienes que venir tú. Papá me prohibió salir de casa y necesito ayuda con los deberes de inglés. Hablé con tío Veg y me dijo que tú sabías muy bien.—

Suspiraste, pero saliste en cuanto te pusiste unas pantuflas de cerdito. Cerraste la puerta y te di la mano, sin que te lo esperaras. Tus ojos brillaron con fuerza cuando lo hice y te miré fijamente con los míos. Te había devuelto un poco de alegría sin saberlo. Ya estábamos en casa y me estabas ayudando, habíamos hecho cinco ejercicios de once.

—Vale, la siguiente palabra es algo que se come y es blanco.—me dijiste.

—¿Huevo?—

—No, that's egg.—

—¿Es una verdura?—

—A white vegetable that i'm sure you don't like.—hablaste con soltura.

—¿El brócoli blanco que huele mal?—

Tú reíste con fuerza y yo reí contigo, hasta que un carraspeo interrumpió en la cocina. Papá había llegado. Vuestras miradas conectaron y sus ojos rojos parecían indiferentes, y digo indiferentes porque aún sin ser consciente había provocado que su corazón latiera más rápido.—Que hace aquí, Nil.—me preguntó mientras sus ojos seguían clavados en ti.

—Me estaba ayudando con los deberes. Pero ya hemos terminado, ¿Verdad Luzu?—

—S-si,—tartamudeó mientras se levantaba ruidosamente de la silla, casi tirándola torpemente, y secaba sus palmas sudorosas en sus pantalones.

Salí de allí como alma que llevaba el diablo, abandonando la escena, no quería estar presente mientras hablabais. Corrí hacia casa de tío Fargan y aporreé la puerta. —¡Tío Fargan!¡Abre corre!—

—¿Qué?¿Qué pasa Nil, por todos los Dioses?—dijo mientras me empujaba dentro y empuñaba su espada.

Respiré tranquilo. No había terminado los deberes, pero había arreglado el problema. O eso creía.

A life time, Luzuplay. Where stories live. Discover now