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Se debía disculpar. Aunque había sido grosero antes con Felix parecía que estaba vez había llegado a un límite. Sus mejillas se teñían de un color rojizo cada vez que pensaba en ello, tratado de recordar si realmente fue demasiado lejos o solo era un pequeño drama del chico. Él incluso golpeó su cabeza contra el pupitre cuando no encontró respuesta en su mente.

¿Cómo debía disculparse? ¿Solo llegar y pedir perdón? ¿Decirle que realmente si le gustaba? ¿Arrepentirse de sus palabras? ¿Cómo debía llegar frente a él? Dios, él ni siquiera se disculpaba con sus mayores ¿Por qué hacerlo con solo un niño? Su cabeza comenzaba a dar vueltas inútiles recordando aquel beso que calentó su pecho. Por un segundo quiso mandar lejos la idea de disculparse, tratando de convencerse de que al final del día todo quedaría olvidado, pero no, había algo que le impedía hacerlo.

No prestó ni la más mínima atención en las palabras de sus profesores, ni siquiera cuando cambió de hora o cuando caminó por los pasillos. Era casi frustrante ver lo importante que le estaba resultando el berrinche del niño, le creaba un hueco en el estómago y más de una mueca.

—Hwang.— La voz femenina lo hizo detenerse y girarse. Su maestra lo esperaba dentro del aula, el pasillo completamente desierto. Demonios. —Pasa, por favor.

Le dio una última mirada al pasillo, comprobando que no había ni una sola persona pasando por ahí. Maldijo en voz baja y siguió la silueta delgada y curvilínea. Si Felix no estuviera molesto él lo buscaría.

Su profesora no esperó ni un segundo más, se trepó a él tan pronto la puerta se cerró, y Hyunjin la sostuvo como pudo, desviando la mirada hacia otra parte que no fuera ella. Después de haber probado los labios de Felix sacarse la sensación era casi imposible, pero aun así Hyunjin detestó guardar en su memoria los labios de aquella mujer, remplazando el último toque del chico.

La piel de su maestra era más suave, más tersa. Los labios de ella eran más carnosos y experimentados. Su figura era un tanto voluptuosa, a como se supone que debería ser una mujer según la televisión y el porno. Hyunjin debería estar feliz de tenerla entre sus brazos, él debería poder gozar estar dentro de ella con sus largas piernas enroscadas a su cintura. Dios, él realmente estaba sintiendo asco.

Los gemidos agudos y las palabras dulces o sucias inundaron sus oídos, sus ojos estuvieron frente a la erótica imagen de una mujer semidesnuda y sonrojada, con un rostro lleno de placer y los pechos afuera. Sin darse sus manos estaban apretándose demasiado contra la madera, tanto que las venas saltaban y no era precisamente por la satisfacción.

Estaba molesto.

Estaba enojado de que Felix no lo buscara, estaba molesto de que el chico se hubiera ido sin decir ni una palabra. Estaba molesto con Felix, furioso de no tener aquella linda sonrisa y de no poder verlo bajar la mirada sonrojado. Sin embargo no solo estaba enojado por no tenerlo, quería traer al niño y obligarlo a ver lo que estaba ocurriendo por su culpa, quería que el chiquillo se diera cuenta que su universo no giraba en torno a su precioso rostro. Hyunjin quería que Felix lo viera cogerse a su profesora, quería lastimarlo para que el niño sintiera culpa y repulsión.

Hyunjin quería lastimar a Felix. Quería que el niño estuviera tan obsesionado con él, que el sentimiento fuera mutuo.

Regresó en si gracias al gemido alto de su profesora y se detuvo de inmediato. La observó largamente, ella siendo tan hermosa después de un orgasmo. Hyunjin solo quería golpearla lejos.


Intimo ✧ HyunlixWhere stories live. Discover now