✧CAPÍTULO XIX✧

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La paz se le había alterado, a pesar de todo no podía creer que su madrastra le hubiese mentido acerca de la supuesta muerte de su padre. No estaba segura si aquel hombre la había estado buscando, pero de todas formas poco le importaba, aseguraba que no estaba interesada en volver a verlo.

Creció con aquella mentira sembrada en ella desde niña por culpa de aquella cruel mujer que decía falsedades cada vez que pudiese.

Los días fueron pasando, Nari estaba tranquila, seguía su vida como si nada hubiese pasado, pero Yoongi se daba cuenta que, de alguna u otra forma, aquella muerte le había afectado y por muy orgullosa que su hermana sea, él se daba cuenta. No eran necesarias las palabras porque los ojos la delataban.

Un nuevo día había llegado, era sábado, faltaban pocos días para los regresos oficiales de los dos grupos bajo el sello de Big Hit, Soobin decidió pasar la noche con la joven después de varios días sin poder charlar debido al intenso trabajo y tareas.

Nari: Si mi hermano nos viera, juro que nos cuelga de la bañera.

Soobin: No invoques a hyung por favor.

Nari: Es tu culpa.

Soobin: Pero tú te dejaste, tu quisiste también.

Nari: Buen punto, ambos quisimos, pero ahora necesito levantarme para hacer el desayuno así que vete.

Soobin: ¿Me estas corriendo porque vas a cambiarte de ropa?

Ella asintió.

Soobin: Cariño, te vi como Dios te trajo al mundo y ahora me dices que me vaya para que puedas cambiarte, no entiendo.

Nari: Es que me da pena.

Soobin: Anoche no decías lo mismo.

Nari: ¡Porque estaba oscuro!

Soobin: Es lo mismo, no debe de darte pena, somos pareja, ¿recuerdas? Hay confianza.

La chica rio nerviosa, se enredó en las sabanas y corrió al baño para darse una ducha y ponerse ropa limpia, echo su ropa y las sabanas a la ropa sucia y bajo las escaleras con dirección a la cocina para preparar el desayuno mientras el pelinegro se daba un baño rápido.

Sus mejillas se coloraban cada vez que recordaba pequeños fragmentos de lo ocurrido en la noche, no podía creer el gran paso que había decidido dar en aquella relación. Una decisión que no tomo sola, fue de ambos, los dos estuvieron de acuerdo en tener intimidad, siempre manteniendo precauciones, ante todo.

La mañana la pasaron juntos, desayunando y mirando una serie en Netflix, su hermano había llamado varias veces para cerciorarse de que Nari estuviese bien ¡y era obvio que estaba más que bien! Solo que no le diría por supuesto.

Soobin: Me entere de lo que sucedió después de aquella llamada.

Dijo refiriéndose a la llamada del hospital que Nari recibió cuando estaba con él.

Nari: Es algo que quiero olvidar.

Soobin: ¿Por qué no firmaste esos papeles? Era tu papá.

Nari: Mi papá solo de título.

Soobin: Era tu papá biológico.

Nari: Un padre que me abandono y que jamás me defendió, que prefería mostrar más interés a una mujer que ni siquiera lo amaba dejándome a mí con mi suerte y con la poca fuerza que me quedaba para defenderme de mi hermanastro.

Soobin: Se suponía que habías olvidado todo.

Nari: Superado sí, olvidado no, y cuando volví a verlo, recordé todo.

Soobin: Guardar rencor hace mal, enferma el alma.

Nari: No puedo sentir nada más por esas personas.

Soobin: Entiendo que es una situación difícil, pero es mejor perdonar que odiar, habrá quien los castigue, no dudes de ello.

Se quedó callada después de lo que el pelinegro le dijo. Aceptaba que tenía razón, solo que las circunstancias de la vida le impedían dársela. Se mantuvo siempre firme de que jamás les daría el perdón a personas como las de ese tipo, los años que paso junto a ellos fue suficiente para que la dejaran marcada y totalmente desecha. A tan corta edad se ponía a pensar porque existían ese tipo de personas en el mundo y porque nadie la escuchaba cuando pedía ayuda.

Tuvo que aprender a ser fuerte a una corta edad, aprendió a defenderse del mundo y a ocultar el pasado que le manchaba y acompañaba siempre para que otros terceros no vinieran a aprovecharse de ello. Sabía bien que los golpes físicos que su madrastra, su padre y su hermanastro le daban, no se comparan con el dolor de los golpes del alma imposibles de sanar.

Cayendo la tarde, decidieron salir un momento, Soobin se quedó esperando a Nari mientras ésta se iba a buscar una chaqueta en su habitación. Justo cuando bajaba, en las noticias pasaban un reportaje acerca de un hombre que se había escapado de la cárcel, pero Soobin apago el televisor cuando vio a la chica bajar.

Nari: ¿Qué paso?

Soobin: No lo sé, era un chico de 25 años creo, se escapó de la cárcel ayer.

Nari: Deberían aumentar la seguridad en las cárceles.

El chico le dio la razón, y sin nada más que hacer o decir, salieron del penthouse con dirección al parque de atracciones.

Lo que ella no sabía era que su felicidad seguiría durando muy poco.

ᴍʏ ꜰɪʀꜱᴛ ʟᴏᴠᴇ | ᴄ. ꜱᴏᴏʙɪɴWhere stories live. Discover now