XXIV |No WhatsApp|

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Gracias por confiar en nosotras.

Elsa estaba en la puerta de la casa de Mérida.

Llevaba una blusa blanca sin mangas de Coco Chanel de color blanco, un short de mezclilla con la bandera americana, unos converses blanco, un collar, dos pulseras un lazito de rayas rojas y negras en su cabello resuelto en una coleta alta y carterita negra.

Mérida bajó emocionada, a sus 22 años parecía una niña pequeña. A pesar de que su amiga estuviera rabiosa con ella, le tenía preparada una sorpresa.

Corrió por las escaleras casi cayéndose. Llevaba puesto una camisa vinotinto de mangas hasta los hombros, un short negro, unos converses blancos, un collar delgado con una piedrecita, un relog negro y en su cabello, rojo y suelto, una corona de rosas.

Cuando bajó, saludó a su amiga, que se quejó inmediatamente.

-Imagino que se notarán las ojeras. —dijo—.

-Estás guapísima, Els.

-Bueno, agradece que estoy interesada en los hombres, ya te hubiera violado.

-Mameeeh.

-Mamajetah.

-Mamichula.

-Mi amorrrrr.

-Belleza.

-Uy, que sensualonga.

-Lo sé, lo sé.

Las 2 rieron y tomaron un taxi hasta el centro comercial.

Se decidieron por ir a cine, idea de Elsa.

Mérida fue al baño, mientras Elsa se encargaba de los tiquetes. Luego irían a comprar las palomitas.

-¡Meri, nos toco una silla por separado! —dijo Elsa—.

-Bueno, no importa.

Fueron a comprar comida, Elsa pidió algo de chucherías, 2 gaseosas extra-grandes, un perro caliente y 4 palomitas gigantes, para las 2. ¡Vaya hambrienta!

Entramos al cine, el chico que estaba entre Elsa y yo estaba encapuchado.

-He traído la comida para los 4, Jackson. —dijo Elsa—.

El chico se quitó la capucha dejando ver a un Jack feliz.

-¡Vinieron, creímos que no vendrían! —dijo jalando a Elsa hacia él, que cayó sentada en sus piernas. Y éste le tomó la mejilla izquierda y la apretó con fuerza hacia sus labios—.

-¿Hola, Jack?

-Hola, Meri. —dijo éste aún con Elsa en sus piernas, ya que le tenía una mano encima de las piernas de ella haciendo presión—.

Mérida se sentó y el chico que estaba al lado de ella la miró, quitó la baranda para poner la gaseosa que se oponía entre los 2. Sacó de su bolso un pote, que no se veía un bien de que era, por la oscuridad del cine.

-Ábrelo. —dijo éste dándole una linterna—.

Mérida lo abrió, era un pote extragrande de Nutella.

Miró con la linterna y había un mensajito tallado en la Nutella.

Lo siento, perdoname, ya no soporto no poder hablarte ni decirte todos los días algo lindo.

Mérida miró esos ojos verdes.

-Hiccup.

-Me siento como un tonto. Antes también lo era, pero era un tonto completo. Y llegaste tú a mi vida y revolviste todo lo que yo conocía de Hiccup. No sé que mr has hecho, Mérida Alice Dumbroch, pero sólo sé que te amo y que quiero que seas mi novia. Aunque suene descabellado y alocado, no es un capricho. Lo sé, porque cada vez que habló contigo, pienso en ti, miró una de tus fotos, algo aquí —tomó la mano de Mér y la guió a su pecho— late muy fuerte. Hay algo que se llama vida, no sé muy bien que es, sólo tengo 23 años, pero aunque no sepa que es, he decidido con quien quiero pasarla. Y ese quien eres tú. —Mérida, con su mano libre se limpió las lágrimas— Y finalizó mi cursi discurso, preguntándote si aceptas o no, descubrir los distintos caminos de la vida conmigo.

Miró a Elsa y a Jack, ésta seguía sentada en el regazo de él. Comían palomitas mientras lo miraban. Serían linda pareja.

Sonrió y miró a Hiccup.

Lo tomó del cuello de la camisa y lo besó.

-¿Aceptas? —dijo él sonriente—.

-¿Qué te dice eso?

El rió y la besó.

-Que Titanic ni que carajo, está mierda se merece un Oscar. —gritó Elsa, haciendo que Hiccup y Mérida rieran en el beso—.

~WhatsApp~Mericcup~ |TERMINADA| #PremiosWaltTvWhere stories live. Discover now