XLVIII |No WhatsApp| [HOT]

3.2K 200 85
                                    

\Ropa de Els, allá arriba/

-No te diré que te quiero virgen, porque no lo eres. —le dije arreglandole el cabello—

Ella rió.

-Te amo. —le dije—

-Yo también. —sonrió la platinada—

-Siempre vas a ser mi novia lesbi. Tengas novio o no. —la abracé—

-Basta, se me corré el maquillaje. —dijo con ronquera—

Me separé y le sonreí.

-Orgullosos, estarían orgullosos. —le dije—

Sus ojos se cristalizaron.

-Gra-gracias, por todos.

Yo sonreí.

-No llores. Sabes que odio verte así.

-Es de felici...

-Me vale nada.

Ella rió y se limpió los cachetes.

El claxón del Ferrari Spider azul eléctrico de Jack sonó.

Le di una nalgada.

-Amarralo. Que el sea Anastacia y tú Cristhian. —me dijo—

-Estás loca.

Miré mi atuendo. Shorts de mezclillas, camisa verde oscura y descalza.

Elsa salió y abrazó a Jack, este la besó. Vi como le apretó la nacha izquierda.

Tu venganza, Mer.

-No le agarres las nachas. —le grité—

Jack sonrió e Hiccup bajó del auto de Jackson.

-Hola, Jackson. —saludé—

-Hola, Mérida.

Hiccup apretó mis nachas.

-No le aprietes las nachas. —dijo Elsa enarqueando las cejas—

-Pero por qué carajo no decir nalg... —interrogó mi castaño—

-NO LO DIGAS. —dijimos Elsa y yo al mismo tiempo—

Hiccup y Jack rodaron los ojos.

El peliblanco se despidió y tomó la mano de Elsa, y luego la cargó ceremonialmente hacia el auto, la ubicó y rodeó el auto.

-Jackson Frost Jr Arrendelle vendrá pronto. —dijo Jack antes de montarse al auto e irse—

Reí junto a Hiccup.

Me volteé hacia él.

Sonreí y entré corriendo a la casa. Subí corriendo las escaleras como pude. Me encerré en mi habitación.

-Abreme. —dijo—

-No. —dije con sensualidad—

-¿Por qué? —dijo, y supe que había hecho mohín—

Sonreí y abrí la puerta, ahí estaba él. La persona de la que me había enamorado perdidamente.

Me mordí provocativamente el labio.

-¡Carajo! —gruñó y me tiró en la cama—

-Mérida Alice DunBroch, casi dos meses sin follar. ¿Quieres que muera de abstenencia sexual?

Reí. Me acerqué a él y le mordí el lóbulo de la oreja.

-Desquitate. —susurré—

Sentí un gruñido de su parte. Me gustaba eso. Traerlo así. Loco, por mí.

Me tiró completamente en la cama y se puso encima de mí. Atrapó mis labios en los suyos, salvajemente, pero sensual. Se deshizo de sus zapatos y quedó en medias. Abrí mi boca, y sentí su lengua recorriendo mi cavidad bucal. Nuestras lenguas danzaban con lujuria. Repartió besos desde mi boca, hasta mi cuello. Lo separé y le quité la camisa, gruñó al sentir que lo alejé. Reí.

-Te amo.

-Yo más. —le contesté lanzando lejos la camisa—

Volvió a mi cuello, succionaba y dejaba marcas en mí. Me hacía estremecer. Me sacó la camisa con suavidad, se me acercó más y pasó sus manos por mis espalda desabrochando el brasier. Lo tiró lejos. Y entonces besó el arco de mi pecho izquierdo, mientras pellizcaba mi pezón derecho. Gemidos salían de mí. Estaba enloqueciendome. Sentía suaves mordicos en el pezón izquierdo, y no abandonaba mi seno derecho.

Siguió el caminó por mi abdomen. Con lengua. Miró el piercing que llevaba en el ombligo.

-El oscuro secreto de Mérida DunBroch. —dijo con voz ronca—

-Mi placer hacia ti es mi oscuro secreto.

-Y lo estamos desatando. —dijo— Estamos quemando amor.

Me besó con más suavidad esta vez, pero conservando se placer.

Bajé sus pantalones, dejando a mi vista su boxer de Calvin Klein, y su amigote erecto. Señor, ¿me quiere matar? Tomé la cajita de la mesita de noche, agarré un condón, bajé sus bóxers, tirandolos también y se lo puse. Lo miré con esos ojos que decían 'Fóllame. ¡Ahora!' Leyendo mi mente, me besó ardientemente, bajó mis shorts y mis bragas. Miró mi vagina depilada, se relamió los labios y me miró.

-¡Maldita sea, entra ya! —le dije—

Y entró, no me dolió mucho, solo sentía mis telas rompiéndose, pero luego fue solo placer.

Se acercó a mi oído.

-Estás estrecha.

Y eso, me calentó más.

Gracias, Haddock, por ponerme más excitada de lo que ya estoy, pinche cabrón.

Lo besé. Las cabalgadas estaban más rápidas. Sus gemidos y los míos, interrumpían los besos. Era un momento perfecto. Perfecto para el orgasmo. Llegué al orgasmo.

Y él también.

Vi su placer en sus ojos. Desbordaban placer. A ríos.

Lo miré algo cansada.

-También es mi primera vez.

Fruncí el ceño-¿Ah?

-Tuve sexo. Pero, por primera vez hice el amor.

Sonreí como tonta.

-Hay que hacer esto más seguido.

Me besó. Y caí dormida en sus brazos.

Me sentía segura, jamás me haría daño.

O eso creía.

\FALTAN 15 CAPS/

~WhatsApp~Mericcup~ |TERMINADA| #PremiosWaltTvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora