Parte veintiuno

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Mientras corrían hacia el pasillo donde aquel alfa les había dicho, Baekhyun sintió algo en sus brazos; baja su mirada hacia su pecho solo para ver qué la mota blanca se removió un poco lo que le sorprendió bastante.

—Cha-Chanyeol, —llama mientras ve que el cuerpecito subía muy débilmente de arriba a abajo. —Chan, Suho está vivo, —le dice con su voz entrecortada.

—¿Qué? —se detiene para luego inclinarse un poco escuchando los latidos del conejo. —¿Qué hacemos? —pregunta angustiado mirando para todas partes.

—Hay un médico, no sé si aún esté ahí, —su voz era agitada ya que temía perder la posibilidad de salvar a su amigo, —está en el otro pasillo, —con su dedo indica el sitio por dónde debía ir.

—Vamos entonces, —emprende su camino nuevamente por dónde Baekhyun le dijo.

Ambos estaban sumamente nerviosos y temerosos de todo; aún se escuchaban ruidos de golpes acompañados de gritos y no estaban seguros de que pasaría después, pero ahora solo querían tratar de que su amigo estuviera bien.

Al llegar todo estaba roto y lleno de cuerpos ensangrentados; con un poco de asco Baekhyun estiró la mano para girar el pomo sucio ya que Chanyeol tenía sus brazos ocupados cargandolo. Abre la puerta y el interior no estaba de mejor manera.

—Doc-Doctor, —llama en voz baja el omega, pero debido al silencio sepulcral, el sonido se escuchó por todo el lugar.

No hubo respuesta alguna y pensaron que quizás los alfas ya le habían quitado la vida al humano, a su única esperanza para salvar la vida de Suho. En ese momento se sintieron realmente impotentes por no poder hacer nada por el pequeño que había estado para ellos. 

Cuando se dieron la vuelta para irse, pudieron escuchar un sonido metálico, luego unos golpes y finalmente alguien salió de un cuarto. El hombre estaba sumamente sucio.

—¿Baekhyun? —después de un rato se puede escuchar la voz del hombre. 

—Doctor, —sonríe un poco al ver que no habían dañado al hombre. —Está bien, —suspira relajado. —Por favor, mi amigo está muy herido, ¿Puede salvarlo? —pide mientras muestra al conejo ensangrentado.

—Puedo intentarlo, —acomoda sus lentes para después coger una camilla y acomodar al pequeño, —Jason, ven, ellos no nos harán daño, —llama mientras se lleva la camilla.

—Voy, —se escucha otra voz y la pareja ve como un enfermero acompaña al médico a un cuarto.

Chanyeol busca donde sentarse hasta que encuentra un mueble con una mujer sentada en la esquina y el cuello arrancado. Dudo en sentarse, pero era el único lugar y sinceramente le estaban doliendo las piernas por lo que se sentó en la otra esquina muy alejado del cadáver. 

Baekhyun se encontraba mirando al suelo mientras movía nerviosamente sus dedos; se sentía repugnante y sucio. Se acurrucó en el pecho de Chanyeol quien el arropó con sus brazos.

—Lo siento tanto, Baek, —susurra mientras lo aprieta contra si mismo, —no pude protegerte, perdóname, pequeño, —sus lágrimas comienzan a salir cayendo sobre el hombro de Baekhyun. —Debí haber sido más fuerte por tí, —lo acurruca mientras esparce sus ferómonas para tranquilizar a Baekhyun que aunque no decía nada sabía que estaba hecho trizas. —Todo esto fue mi culpa y jamás en la vida podré compensarte con nada, —susurra con la voz quebrada.

—¿A-Aún me amas? —la voz de Baekhyun era tan baja como la de un ratón, pero a Chanyeol le sorprendió aquella pregunta repentina. —Alfa… ¿Aún me amas?

—¿Por qué preguntas eso? —frunce el ceño mientras aparta ligeramente a Baekhyun para mirarlo, —yo siempre te amare, mi pequeño, —besa su frente. —Mas bien yo debería preguntarte eso, he sido una basura contigo y mereces a alguien mejor. —Aunque le dolía sabía que sería lo mejor ya que había traído infelicidad a la vida del omega desde el minuto uno de conocerse.

Lamentos de un omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora