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Kakashi está entre las ramas, observando el bullicio de la aldea desde su lugar, con las manos presionando las ramas frescas y jóvenes que crecen durante todo el año sin hacer ningún ruido además del rasgueo regular de su respiración.

Su objetivo se mueve unos metros adelante de él, caminando con normalidad y llevando un pequeño dulce en la mano derecha que Kakashi casi puede oler, así como percibe el resto de los detalles minuciosos y desagradables.

Es exactamente la misma persona que recuerda, pero de algún modo, ciertamente no lo es.

No sabe si es la forma en la que camina o es algo más, pero Kakashi puede decir que Asuma es más fuerte, más hábil, mucho más consciente de todo a su alrededor, como si se hubiera mezclado completamente con su entorno como jamás pudo hacerlo en el mundo real.

Tiene que ser porque cambiaron lugares. Kakashi era un ninja de velocidad sin Gai, y Asuma tenía que ser un shinobi mucho más fuerte en compensación. Esa era su fuerza. Esa era la habilidad que Asuma le robó junto a su rivalidad al lado de su amigo de toda la vida.

Sus dientes chocan y Kakashi se esfuerza en no gruñir, deslizándose más a prisa detrás de Asuma cuando finalmente se aleja del centro de la aldea para hundirse en las calles enrevesadas en dirección a la zona departamental shinobi.

Asuma siempre ha vivido en la residencia Sarutobi por lo que Kakashi sabe, y a pesar de todas las cosas que han cambiado en este mundo, es un detalle que permanece. Entonces Kakashi adivina que no está yendo a su casa. Nunca hay nadie en esa casa de todos modos, además del propio Asuma y la visita regular de Kurenai.

Ahora, por supuesto, la visita regular de Gai. Y si realmente habían cambiado de vida, era una visita muy regular.

Pero Asuma no va a ahí, y en una esquina gira de dirección para dirigirse a las casas familiares shinobi y complejos de clanes, cerca de los Hyuga y los Nara, aunque un poco desviado, como si fuera al distrito Uchiha.

Los árboles del centro de Konoha se terminan después de unos pocos minutos y Kakashi necesita bajar, escondiéndose entre los edificios y las esquinas para seguir a Asuma de cerca.

En realidad, no tiene un plan. Había pensado en derrotarlo en una batalla, pero ahora que Asuma ha robado su fuerza, no tiene oportunidad de vencerlo.

Sin embargo, hay un sentimiento en su pecho que le impide alejarse; quiere ver a Asuma, porque ahora que ha cambiado de papeles con él significa que tiene su vida en sus manos y Kakashi no tolera pensar en lo que Asuma está haciendo con eso.

Un kunai vuela repentinamente en su dirección y Kakashi apenas puede quitarse, evadiendo el arma y buscando rápidamente al frente, encontrando a Asuma delante de él.

Por supuesto, ahora Asuma es mucho más perspicaz, y Kakashi se castiga por no haber adivinado que lo encontraría ahora que poseía su fuerza y no solo los patéticos intentos shinobi que en realidad le pertenecían al hijo del tercer Hokage.

— ¿Hatake? — la voz de Asuma es más gruesa que la de todos los de su generación y Kakashi maldice. Ahora no solo es mucho más alto y masculino, sino que también es el shinobi más hábil de todos.

Empuja difícilmente su enojo por debajo de su pecho y levanta las manos en paz, mostrando una sonrisa con su ojo visible cuando sale de su posición en la pared.

— Asuma — su saludo es neutral, lo que parece relajar a Asuma hasta que baja su siguiente arma lentamente — Lo siento, no estoy aquí para pelear.

Los ojos de Asuma lo examinan por algunos segundos de un modo despectivo, con arrogancia, sin interés, de la forma en la que sin duda Kakashi lo había visto a él muchas veces antes, en el mundo real.

Nunca jamásWhere stories live. Discover now