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𝐒𝐓𝐑𝐎𝐍𝐆

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𝐒𝐓𝐑𝐎𝐍𝐆

Transcurrieron los días, no había día en que me llevara bien con Angry y es que siempre criticaba aunque luego me reía cuando Smiley lo reprendía, esa era mi venganza,  por las tardes Angry me dejaba en casa, me ahorraba la caminata y me ahorraba ...

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Transcurrieron los días, no había día en que me llevara bien con Angry y es que siempre criticaba aunque luego me reía cuando Smiley lo reprendía, esa era mi venganza,  por las tardes Angry me dejaba en casa, me ahorraba la caminata y me ahorraba el dinero del autobús, aunque claro que no le agradecía, debía mantener mi compostura con él, ya que este tomaba cualquier oportunidad para joder. 

Esta vez tuve un mal presentimiento, me sentí extraña, así que después de clases rechacé la idea de que Angry me dejara en casa, inventando una buen excusa claro, avancé por las calles hasta el parque de siempre, me quedé allí, por suerte estaba solo así que me daba espacio para reflexionar, de repente una persona se sentó a mi lado, pensé que era alguien de mis amigos o familia pero no, era Mako, venía sola, se veía seria.

— ¿Tu de nuevo? — Pregunté.

— Lamento interrumpir tus pensamientos. — Esto me sorprendió ya que ella nunca se disculpaba con algo así.

— Deja eso, es raro que te disculpes. — Mantuve la mirada en el cielo. — ¿qué quieres?

— ¿No te cansas? — Preguntó.

— ¿De qué?

— De lastimar a tus amigos. Te conozco y no perteneces a ese grupo. — Murmuró, de cierto modo tenía razón. — Te conozco desde niñas, nunca has sido buena en esto.

— ¿A dónde quieres llegar con esto Mako? — Pregunté sin verla.

— Quiero decir que ellos serían más felices si no estás presente en sus vida. — Terminó.

— ¿Cómo tan segura? — Pregunté.

— Pruebalo, aléjate de ellos y verás como se olvidan de ti, porque Mae, tu naciste para estar sola y morir sola. — Sonrió.

Mis inseguridades aparecieron, ¿Y si tenía razón? Medité en lo que había escuchado, mordí mi labio inferior, ¿Para que engañarme? Si todo era cierto.

— Me alejaré de ellos, después de todo, tienes razón y siempre la has tenido. — Suspiré.

— Ahí te darás cuenta, además ya nadie les hará daño, ellos serán felices es lo que importa ¿No? — Murmuró.

— Claro.

— Mamá estoy en casa

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— Mamá estoy en casa. — Anuncié mi llegada.

— Bienvenida cariño, ¿quieres cenar? — Preguntó.

— No tengo hambre, me iré a mi cuarto. — Sin más subí a mi cuarto encerrándome. 

Habían ventajas, si me alejaba de ellos, ya no recibirían daño por seguirme, serían felices, ya no me necesitaría, podía arreglármelas sola, me molestaba tener inseguridades pero creo que estaba bien, después de todo la soledad no es tan mala.

Me di una ducha para quitar la mala sensación, luego me coloqué el pijama y después de secar mi cabello, me acosté, estaba cansada, no tenía ganas de nada más, antes de dormirme me fijé que tenía varias llamas perdidas y algunos mensajes, decidí ignorarlos y dormir un rato.

𝐒𝐓𝐑𝐎𝐍𝐆 ┊ Souta Kawata. ☑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora