Pilar y Tomás

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Maraton 2/3

—Marizza por favor, dejame entrar— dijo Tomás golpeando la puerta, llevaba así unos pocos minutos —Tengo que hablar con vos, no quiero que pienses cualquier cosa de mi—

Esta se abrió lentamente, sorprendiéndolo completamente. No era Marizza quien estaba adentro, era Pilar Dunoff.

—Marizza no esta, se fue hace un ratito a la enfermería con Pablo porque se sentía mal— le explicó —Soy Pilar, su nueva compañera de cuarto ¿y vos quien sos?—

Tomás abrió y cerró los ojos con fuerza, esperando que la chica frente a él desaparezca, como casa vez que la imaginaba.
Pero esta vez no funcionaba.
Sabía que no podía ser real, solo en sus sueños, en su imaginación, era posible. Él tenía que aceptar que su novia ya no era parte del mundo de los vivos, y probablemente, él tampoco.

—Vos no sos real, yo tengo que estar alucinando— dijo preocupado —Sos un sueño—

—¿Por lo linda que soy? si, me lo dicen seguido— sonrió —¿Cómo te llamas?—

—Soy Tomás, pero vos realmente no podes ser real— 

—Te juro que soy real, mira— ella tomó la mano de Tomás entre las suyas —¿Ves que soy de carne y hueso?—

El no sabía que estaba sucediendo, pero iba a aprovechar cada instante a su lado, por lo menos hasta que ella desaparezca.

—Pilar no puedo creer que vos también estés acá, mi amor— él la abrazo e intento besarla, pero la chica le corrió el rostro —¿Qué pasa?—

—Nene, no te conozco, que seas lindo no significa que voy a besarte en seguida ¿Qué te pasa?— abrió los ojos sorprendida.

—Nosotros nos conocemos Pilar, hace tres años que nos conocemos— intentó explicarle —llevamos más de un año saliendo ¿en serio no te acordas?—

Poco a poco comenzó a entrar en desesperación, la mujer que ama no lo reconoce, y claro ¿por qué lo haría?
Nadie lo reconoce ¿por qué ella sería la excepción?

—Tomás, yo nunca antes te había visto— dijo molesta —te habrás confundido, yo no te conozco, no salgo con vos, no somos nada—

—¡Ay Tomás! siempre lo mismo vos— Marizza se paro al lado de él —Pilar veo que ya conociste al comediante del grupo, el es Tomás Escurra y le hace el mismo chistecito a todas—

—¿Qué chistecito hace?— preguntó Pablo detrás de ellos, con un frasco de pastillas en sus manos, los cuales habían sido recetados para las jaquecas de Marizza.

—Me dijo que salgo con el hace un año— dijo Pilar extrañada

—A mi también me lo dijo y después me propuso casamiento— rio con falsedad —es medio tarado pero es buenito eh—

—Bueno yo también voy a decirte que me quiero casar con vos entonces— le dijo Pablo —¿Puedo?—

—Cállate, a vos no te sale— contestó —Tomás, tenemos que hablar a solas, es urgente—

—Yo iré a recorrer el campus así se quedan solos, nos vemos luego— sonrió Pilar y rápidamente huyó del cuarto, algo en esta situación la hacía sentir mal, solo que no lograba identificar que fue.

—Y yo supongo que me voy a tener que ir a mi cuarto— se quejó el rubio —Los veo después, ojito con Marizza vos eh— amenazó a Tomás y luego le dio el frasco de pastillas a la chica.

Pablo se fue, aunque no quería. El castaño y la colorada se sentaron en la punta de la cama.

—Yo soñé con esa chica Tomás, yo vi como se moría y ahora esta acá— dijo Marizza más que asustada

MemoriaWhere stories live. Discover now