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—¿Puedes por favor escucharme?—te giraste todo lo que permitió el cinturón del asiento de copiloto.
Seguiste sin obtener respuesta.
El camino al aeropuerto era obscuro, tu vuelo estaba programado por la tarde pero al final hubo un cambio para salir por la noche.
De un momento a otro detuvo la camioneta frenando rápidamente, si no hubiera sido por el cinto tu cuerpo se habría estampado.
Ibas a reclamarle pero lo viste bajarse de inmediato y caminar molesto unos cuantos metros. Arrojó el móvil que tenía en las manos y comenzó a pisotearlo, daba brincos y gritaba.
Estabas frustrada y los gritos histéricos de Hanseok no ayudaban para nada.
Abriste la puerta de la camioneta y fue suficiente para que Hanseok se diera la vuelta. Te miraba mientras su respiración agitada hacía su pecho subir y bajar rápidamente.
—Sube ahora o juro que te atropello—sentenciaste.
Y caminó hacia a ti, escuchabas sus zapatos crujir con cada paso. Los latidos de tu corazón golpeaban contra tu pecho y quisiste temblar.
El plan Jun woo iba a posponerse, Han seok solo podía hacer que Babel funcionara hasta que una cosa sucediera; la muerte de Jang Guk-Han.
Se subió de nuevo al auto y apretó con fuerza el volante. Tenía el cabello despeinado por los berrinches de hace un momento y lucía tanto como Jun-Woo y no como Han-Seok.
—Basta, basta, lo arreglaremos—lo tomaste de la gabardina y lo jalaste para que se quedara quieto.
—No, yo lo arreglaré—sus ojos, esos que daban miedo.—No puedes estar involucrada en esto.
—Es tarde Han Seok—miraste el reloj de su muñeca.
—Ponte de nuevo el cinturón—obedeciste de inmediato y fue suficiente para que el acelerara de nuevo.
[...]
Cuando la camioneta aparcó en el estacionamiento, bajaste de inmediato y te dirigiste a la cajuela. La abriste y como pudiste comenzaste a jalar tu maleta.
—Cariño...lo siento.
Ignoraste esa voz detrás de ti, las manos que duplicaban el tamaño de las tuyas se encargaron de tomar la maleta y bajarla al suelo.
Sostuviste la manija para poder llevarla pero Hanseok la apretó con fuerza y tu jalaste con todas tus fuerzas pero solo hizo que te sacudieras.
—Suéltala—pediste y tiraste de ella de nuevo.
Mamá de seguro ya estaba en el aeropuerto y sabías que Hanseo también estaba ahí, te había hecho el favor de pasar por ella.
