32.Un día

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Un día me sostenías

entre tu sonrisa y tus miradas.


Al otro me soltabas,

con la frialdad del invierno

y la bravura de una tormenta.


Un día éramos brisa de verano,

al otro truenos de Otoño.


Y es que no entendí cuál era mi lugar

en tu vida, hasta que la venda se rompió.


No tenía lugar, esa era la cuestión.

Era nómada en tus emociones 

y a eso no estaba dispuesta.


Me cansé de ir tras de ti,

tras tus excusas, 

pidiéndote por algo, 

que debe salir solo.


Ahora me alejo, 

porque al fin tengo

 a quien me valora.


Y entendí que más vale estar con quien te quiera, con hechos

y no el que te prometa el cielo, sin moverte del suelo.



Poesias nocturnasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora