Verdades que duelen

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La confusión en su mente aumentaba, la furia se calmó de inmediato por la gran confusión y dolor, el emperador del mal no se atrevía a mirar sus manos o la escena que había creado con tanta furia. El temblor en sus manos permanecía, su cuerpo en perfecto equilibrio estaba sin control alguno, las lágrimas salían, su corazón dolía, sus manos temblaban, esa sensación era aún peor que la primera vez que la bestia había despertado y tomado el control. El recuerdo de las masacres que había causado en ese momento se sumaba la que pensaba que había sido la de Jack Spicer, recordaba los gritos, tal vez eran una ilusión o la realidad. La mano de Menelik se acercó con gran cuidado, miraba atónito lo que sucedía, jamás hubiera pensado que al gran Chase Young le afectaría tanto pensar con haber matado al joven genio.

-amo Chase- dijo con suavidad mientras buscaba regresar a su emperador de regreso.

-lo maté, lo hice, no debí hacerlo, era él, era mi alma gemela, yo lo maté, fue mi culpa, fue mi culpa, mi culpa, no quería hacerlo, no puede ser verdad, no, no, no, no, no...- los susurros del dragón olivo eran por completo descontrolados, llenos de miedo y una culpa que parecía que lo consumiría en cualquier momento.

El contacto fue apenas lo suficiente para que pudiera reaccionar el emperador del mal, aquella sensación de no poder respirar era verdadera, el aire se negaba a pasar a sus pulmones, mientras el corazón latía con gran fuerza, parecía que en cualquier minuto explotaría mientras las lagrimas continuaban su camino, de pasar a una fase estática, estaba ahora en un ataque de ansiedad. Los guerreros se apresuraron a ir con él, lo rodearon y comenzaron a ayudar a calmarse.

Le hablaban en busca de calmarlo, uno fue por un relajante, mientras que otro intentaba con desesperación que respondiera, los susurros dejaron de ser comprensibles, mientras la mano de Menelik lo hacía mirar sus ojos.

-respire, es lo único que tiene que hacer amo, respire- le exigió con gran preocupación mientras miraba la desesperación en los ojos dorados.

Los guerreros ya se habían enfrentado a los ataques de pánico del emperador del mal, eran normales después de una masacre, pero nunca habían enfrentado a uno como el que estaba sucediendo. Poco a poco el aire comenzó a entrar en el cuerpo del dragón olivo mientras aferraba sus manos a su armadura buscando quitársela para estar más cómodo. A su alrededor soló habían 3 guerreros, en sus formas humanas, la conexión con el demonio dejo de estar en su mente y corazón.

Los recuerdos venían con rapidez, bombardeando su mente y alma. Le habían advertido de lo que hacía aquel demonio y los tratos, nadie podía ganarle, nadie salía libre por completo de sus tratos aún rotos o cumplidos.

♦️♦️Flashback♦️♦️

-dime tu precio, para el contrato- dijo con gran arrogancia el recién inmortal peliverde.

La mirada del peliverde buscaba la figura del ser que le ayudaría a cumplir con su destino, el templo estaba vacío, el frío era extremo mientras la sensación de ser vigilado era por completo abrumadora, al igual que la energía tan maligna que le daba náuseas.

-no sería divertido decirte el precio, tampoco sería justo para ninguno en realidad. La obediencia absoluta de tus guerreros en la eternidad de tu inmortalidad no es un precio barato-dijo con gran calma la voz distorsionada del demonio - Te sugiero que lo vayas pagando poco a poco, cada cierto tiempo cuando encuentre el precio lo cobraré, no sabrás cuál fue- dijo como si no fuera nada importante con una sonrisa expectante el demonio. El físico de aquel ser de maldad se comenzaba a presentar por primera vez enfrente del dragón olivo. 

Enfrente de Chase estaba su propia visión de él siendo un anciano, débil, solo y enfermo, a un soló paso de la muerte. Era sin duda uno de sus peores miedos y aquel ser lo conocía a la perfección al punto que no se contuvo a mostrarle su miedo. Si el demonio era sincero le encantaba mirar a sus contratistas enfrente de su temor más grande era parte de su diversión. En especial si sus víctimas no sabían que cobraría.

Unidos por un wuWhere stories live. Discover now