➥ Es obvio que el amor es un tema complicado.
12 chicos que no saben nada de esto o han tenido malas experiencias comienzan a sentirlo. ¿Será todo color de rosa? No, eso es claro. Habra drama, oposiciones, inseguridades y mucho romance.
12 chicos...
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~Narrador Omnisciente~
Orión despertó desorientado, parecía como si estuviera una celda. Tenía las manos amarradas detrás de su espalda.
Genial, me secuestraron, pensó soltando una risa sarcástica.
—Hasta que al fin despiertas—entró...Rhino.
Orión frunció el ceño, obviamente iba a ser él, quién más si es el único con una mente loca que tiene.
—¿Que quieres?—preguntó fríamente.
—Ow, no me trates así querido—se puso una mano en el pecho fingiendo que le había dolido—. Solo quiero que tu amado hermano mayor me de las escrituras de la propiedad y me diga donde esta el tesoro que escondió tu querido abuelo en la casa.
Orión lo miró desconcertado ¿Tesoro? ¿De qué carajo estaba hablando?
—Qué estás diciendo, ¿tesoro? En la casa no hay ningún tesoro—lo miró enojado.
—Oh, sí que lo hay mi querido, Ori—Orión sintió repugnancia al que le haya decido así, los únicos que le podían decir así eran su abuelo y su hermano.
—Estás loco—soltó.
Rhino rió y se entendió un cigarrillo. Se acercó a Orión y le soltó todo el humo a la cara, el menor empezó a toser.
—Tal vez lo estoy, pero ahora lo que me importa es sacar ese hermoso tesoro que tienen en esa propiedad—le picó el pecho con el dedo.
—Pues mi hermano no sabe nada. Nunca me ha hablado de algo así—estaba enojado.
—Querido Orión, es porque no te lo ha dicho, ¿tu crees que tu abuelo no dejó nada para sus queridos nietos?—sonrió mientras sacaba su cigarro de sus labios y volvía a expulsar el humo y se alejó.
—Sé que tu hermano dará la propiedad por su querido hermano menor y lo único que le queda de familia—se acercó a uno de los tipos—. Amárrenlo, luego sáquenle fotos y mándenselas a Elnath Smith.
El subordinado asintió y se acercó con un pañuelo blanco y amarró al rededor de la boca del menor. Él no se resistió sabía que si lo hacía no le iría nada de bien y no quería verse mal para que su hermano no se preocupara más de la cuenta aunque probablemente eso era imposible, su hermano se iba a enojar.
Solo espero que no quiera cobrar venganza. El tipo lo miró y luego sonrió golpeándolo fuertemente en la cabeza. Maldición, me noquearon.
Lo siento, Elnath.
Rhino estaba ahora en su oficina tomando licor que era bastante costoso.
—Ya estamos listos señor—entraron dos subordinados.
