Capitulo 7

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Sueños dorados


El tiempo de Mo Ran y Chu Wanning juntos se convierte en citas secretas.


En el dormitorio de Chu Wanning, cuando el sol se pone y el pico Sisheng se ha calmado, Mo Ran y él se entrelazan. Se enredan entre sí hasta que no hay forma de saber dónde comienza uno y dónde termina el otro. Siempre tienen las manos unidas, como si ambos temieran que el otro los soltara.


Ambos duermen inquietos, constantemente se despiertan con un sudor frío durante la noche para comprobar que el otro todavía está con ellos; como si esto fuera un sueño febril y ambos estuvieran aterrorizados al despertar y darse cuenta de que nada de esto era real.


Se acuestan juntos como amantes con un tiempo limitado y, aunque Chu Wanning desconoce por completo cuál es el destino de Mo Ran, la idea de desaparecer y dejar a su amante persigue al más joven de los dos.


Sin embargo, a pesar de esto, Mo Ran se asegura de poder pasar todo el tiempo que pueda con su amante.


Su apetito incurable por Chu Wanning es casi vil y cruel. Disfruta tomando a Chu Wanning, tanto con suave afecto como con lujuria brutal, hasta que el olor a haitang en Chu Wanning es reemplazado por el olor del sudor de Mo Ran.


Experimenta alegría al escuchar los maullidos de Chu Wanning, intimidándolo, marcándolo como propio. Los pequeños ruidos que Chu Wanning hace en la cama son los gimoteos favoritos de Mo Ran, que salen de sus labios.


Colorean el sonido del silencio que los rodea, cuando todos duermen mientras ellos siguen despiertos, cuando el canto de los pájaros se apaga y Chu Wanning sigue cantando con euforia.


Mo Ran se promete a sí mismo que hará todo lo que pueda hasta que el sonido del placer de su amante quede grabado en su alma, hasta que sea capaz de diferenciar los matices en los maullidos, gemidos y delirios de Chu Wanning, hasta que sepa sin lugar a dudas cuándo Chu Wanning llega a su límite y en el momento en que Chu Wanning experimenta una resolución arrebatadora.


Y Mo Ran no experimenta nada más que felicidad cuando Chu Wanning le confía sus momentos de tranquilidad.


No pasa una sola noche en la que deje descansar a Chu Wanning, follándolo hasta el agotamiento hasta que se desmaye o hasta que le den la bienvenida a la mañana juntos. Se ensucia la piel con marcas de color rojo púrpura, la boca ardiendo mientras traza la piel suave y sonrosada de su amante, sintiendo la tensión en sus músculos deshacerse.

Cuando florece la cameliaOnde histórias criam vida. Descubra agora