Prólogo

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-Helena.

-¿Sí? 

-¿Estas segura? ¿De verdad es esto lo que quieres? 

Helena miró al hombre sentado a su lado y sonrió. El corazón se le encogía en el pecho, alzo la mano y le acaricio la majilla. 

-Si, estoy segura. 

-Pero ellos.. Nosotros...

Negó con su cabeza para acallar las palabras. Enredo su mano en el cabello color castaño del hombre. Helena suspiro con la mirada perdida. 

-No te preocupes. -Susurró. 

-Lo sabrán, tarde o temprano. -Dijo él. Tomó la mano de la mujer y le dejo sobre el regazo. 

-Es un riesgo que voy a tomar. 

El se puso de pie y la contempló un largo instante. El miedo atenazaba sus miembros. 

Si la perdía...

Si algo le ocurría... 

Helena se tomó un instante para reunir el valor que necesitaba. Se levantó despacio y abrazo al hombre. 

-Hermano... 

-Tuve que verlo con mis propios ojos para creerlo. ¿En verdad el y tú...? ¿Por qué? 

-No le hagas daño, es un buen hombre. Solo que tu odio hacia ellos no te permite ver más allá. 

Su hermano ignoro sus palabras y le devolvió el abrazo a su hermana. 

-Vamos. 

-No seguiré aquí. No quiero. 

El hombre dio un paso hacia atrás con los dientes apretados. 

-No iré. -Repitió Helena- Sé que no puedes entenderlo. Piensas que el y su familia me ha sucumbido a las mismas pasiones, pero no es así. Aquí no puedo ser yo pero con ellos si. 

El enfado del su hermano comenzó a disminuir al ver la pena que transmitía los ojos de su hermana. 

-Si te quedas, no podrás ir con el. 

-Lo sé. -Respondió con una triste sonrisa. 

-Perderás a tu familia. 

-Es mi decisión. 

-Me perderás a mi. -Ella sostuvo su mirada y asintió con leve gesto. -No hay nada que pueda decir para convencerte, ¿Verdad? 

-No. 

Helena llevo su mano a su vientre un instante, el lo notó enseguida. 

-Dime que no es cierto. 

-Lo es. 

-¿Cómo?

-Solo ha ocurrido. 

-Es un pecado. Una aberración. -Su voz estalló como un látigo y su rostro se transformo con una mueca de desprecio. -Desde este momento este lugar no es tu hogar. Ya no tienes una familia y olvidaras que somos hermanos. 

Los ojos de Helena se llenaron de lágrimas. Las notó caer por sus mejillas como pequeñas de gotas de lava ardiente. No se movió cuando escucho el motor de la motocicleta afuera de la mansión.  El ya estaba aquí, para llevársela y formar su familia. 

-Adiós, Gabriel.

Vio a su hermano una ultima vez antes de tomar su mochila y salir a la oscuridad de la noche. Su llanto silencioso se volvió amargo y las lagrimas cayeron en cascada. Al llegar frente a el se quedo inmóvil. Tomó la mano de su amado y la dejo sobre su vientre. Una pequeña sonrisa ilumino el rostro de ambos. 

¡Se había movido! 

¡Se había movido! 

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『Dan-Dan』

Mi Mejor Error 「Dee x Oc」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora