Desafiándote

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- ¿Qué crees que debamos hacer?, dijo mi amigo sin despegar la vista de los informes que inundaban mi escritorio -Quedarnos en silencio no ha servido de nada.

-Quiero sacarlo del mapa, si sólo me atacara a mí,  me importaría muy poco, pero siento que está poniendo en riesgo a mi hijo y eso no lo permitiré, dije golpeando mi lápiz en la mesa -Creo que terminaré con esta tortura y lo retaré a un duelo.

- ¿Estás loco? ¿crees que le puedes ganar a esa sanguijuela tramposa?, dijo enarcando la ceja y levantando la voz - ¿Crees que el se enfrentará a ti de manera justa?

-No sé Mild, pero no veo otra salida, llevamos años esperando a que sus confabulaciones lo hagan caer y sólo hemos conseguido tiempo perdido y dolores de cabeza, dije soltando mi frustración y tomando mi cabeza - ¿Tienes una idea mejor?

- ¿Cómo te gustaría enfrentarlo?, dijo sentándose frente a mí -Si lo vas a hacer, necesitamos adelantarnos a todo y evitar cualquier daño colateral, si el no hace una treta, no hay forma de que te gane.

-Llevémoslo al plano mental, tiene menos posibilidades de hacer trampas y es más fácil controlarlo, dije sabiendo que me estaba jugando mucho, pero no veía salida a este problema.

-Podemos obligarlo a aceptar el reto, bajo la antigua ley Sunflowerniana, tienes derecho a exigir un duelo de quien sea y esa persona no se puede negar, dijo abriendo su agenda y leyendo los antiguos escritos.

-Dejaré todo en tus manos amigo, dije levantándome y estirando mis brazos, el sonido de mis huesos me generó un placer inexplicable y solté un leve suspiro -Me iré a ver a mi bebito.

- ¿Cómo van las cosas con Mew?, dijo antes de que saliera de la oficina - ¿Ya lo perdonaste?

-No Mild, te dije que lo nuestro estaba terminado, pero no puedo negar que se ha portado como el mejor padre de todos, dije recordando como todos los días iba a jugar con Type, como lo mimaba y cuidaba -Type lo adora y el sentimiento es mutuo.

-El otro día lo vi jugando con el pequeño en el jardín, dijo mi amigo con una sonrisa -Casi me infarté, cuando vi a un enorme dragón jugando con el pequeño dragoncito.

-Es magnifico ¿verdad?, dije recordando la primera vez que lo vi en los jardines del palacio, sus grandes alas cubrían gran parte del lado oeste de la mansión, cuando le gruñó a Type para que cambiara y este le hizo caso, me derretí de amor, mi gusanito era idéntico a Mew, sus escamitas brillaban como una caricia del sol y eran tan chiquitas y perfectas que lo hacían ver adorable.

Con eso en mente salí al jardín, ya que, sabía que era el lugar favorito de mis dragones, cuando procesé lo que había pensado, me golpeé mentalmente, no podía seguir pensando en Mew como mío.

Despacio me senté bajo la sombra de un gran árbol y vi como Mew hacía girar a Type en los aires, el pequeño estaba convertido y movía con fuerza sus alitas, sin lograr despegarse de las manos de su padre, el castaño era precavido y nunca dejaba a nuestro bebé solo, temía que se lastimara, así que estaba a su lado en cada movimiento o acción que hacía.

En silencio me dediqué a observar a Mew, era el hombre más guapo que había visto, su mandíbula marcada y sus músculos cincelados, lo hacían ser un sueño húmedo andante, con el tiempo se había dejado los cabellos un poco mas largos, ya que, a Type le encantaba jugar con ellos y este no podía negarle nada a su hijo.

Cuando el pequeño transmutó de vuelta, el castaño le acomodó el pañal y lo acercó a mi lado, ya que, nuestro bebé quería llegar a mis brazos, obviamente para comer, ya que, era lo único que hacía conmigo, todo lo demás lo hacía feliz con su padre.

En el lugar menos pensadoWhere stories live. Discover now