Extra 🧺

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15 años más tarde.

Tenían 36 años, ya estaban casados, vivían en la mansión con varios gatitos, y con sus cuatros hijos. Primero estaba Dylan Malfoy Potter con 13 años, después venia Simón Malfoy Potter con 11 años, Orión Malfoy Potter con 6 años y por último la pequeña Lyra Malfoy Potter con 2 años. Eran una familia muy feliz viviendo todos juntos, Harry trabajaba como medimago y Draco había empezado a hacer pociones y venderlas, y ya tenía varias tiendas por todo el país.

Dylan y Simón estaban en Hogwarts así que no se tenían que preocupar por ellos, Dylan había quedado en Ravenclaw y Simón en Slytherin, por eso habían contratado a una niñera para que cuidara a Orión y a Lyra cuando Harry y Draco iban a trabajar.

El primero en llegar a casa era Draco, que llegaba a las 5 de la tarde, Harry llegaba a las 6:30.

Draco entró a la Mansión y lo primero que vio fue a Orión correr hacia el y tirarse a sus brazos.

–¡Papá! –grito al estar en los brazos de Draco.

–Orión, cariño ¿cómo estás?

–Bien papá, la tía Kat preparo galletas. –le dijo.

Kat. Katherine, era la niñera que había contratado tenia 26 años, era super amable y cuidadosa con los niños.

–Me alegro, ¿dónde está ahora? –le pregunto mientras caminaba hacia el comedor, con el niño en sus brazos.

–Fue a hacer dormir a Lyra. –Draco lo dejo en el piso cuando llego a la cocina.– ¿Quieres una galleta papá?

Orión le tendió una galleta que tenía chispas de chocolate, Draco la tomó y le dio un mordisco. Estaba muy buena.

–Esta deliciosa...

–¡Ah! Señor Malfoy ya llegó, estaba haciendo dormir a Lyra. –hablo Katherine llegando a la cocina.– ¿Le gustaron las galletas?

–Están muy buenas, Katherine.

–Gracias, Orión me dijo que tenía ganas de comer galletitas entonces les hice.

–Esta bien kat, gracias, ya puedes irte a tu casa. –le hablo Draco, comiendo otra galleta.

–Oh claro ya me voy, nos vemos mañana, que tenga una linda tarde. –diciendo eso la chica se fue.

Draco miró a Orión que estaba comiéndose una galleta.

–¿Que te parece si esperamos a papi con una rica cena? –le pregunto Draco.

El niño asintió varias veces y se pusieron a cocinar algo para Harry.

Eran las 6:32 de la tarde y escucharon sonar la chimenea, eso significa que Harry había llegado.

Salieron los dos de la cocina y Orión corrió a donde estaba el azabache quitándose los zapatos, se lanzó esperando que lo atrapará en sus brazos, como había hecho con Draco, y casi hace que se caigan los dos porque Harry justo se estaba sacando un zapato.

–¡Orión! –dijo Harry cuando se pudo equilibrar y acomodar al niño en sus brazos.

–¡Papi! –lo abrazó fuerte.– Te extrañé papi

–Yo también, cariño. –le contesto Harry.

Draco se acercó a ellos.

–¿Y a mi qué? –le pregunto al pequeño.

–A ti igual papá, solo que a papi lo extrañe más porque tarda más en el trabajo.

–Entonces a mi igual me extrañas, solo que a papi lo extrañas más por tardar solo una hora y media más en el trabajo, ¿si?

–Sip. –Draco sonrió.

Harry lo dejó abajo y él niño salió corriendo hacia otra sala. El rubio se acercó a su esposo y lo besó, poniendo sus manos en su cintura para atraerlo más hacia él.

–Hola, amor. –lo saludo Harry cuando se separaron.

–Hola, bebé, ¿cómo te fue en el trabajo hoy? –le pregunto mientras caminaban hacia el sillón y Harry se sentaba en la piernas de Draco.

–Estuvo un poco más tranquilo que otros días, pero hubo un paciente que llegó herido por un hipogrifo.

–Oh que mal. Bueno, Orión y yo te hicimos la cena.

–¿Encerio?

–Si, anda a sentarte voy a ver a Lyra y a traer a Orion para que podamos comer. –le dijo Draco.

Harry se levantó y obediente se fue a sentar a la mesa. Draco subió las escaleras y pasó por afuera de la pieza de Dylan y por fuera de la pieza de Simón. Se detuvo en la puerta abierta de la pieza de Orión y lo vio sentado sombre la alfombra jugando.

–Orión, ya vamos a comer, anda a lavarte las manitos y te vas a sentar para comer con papi.

–Esta bien papá.

El niño se fue y entro al baño a lavarse las manos mientras Draco se dirigía a la última pieza que era la de Lyra.

La pequeña estaba recién despertando, tenía un gatito negro hechado a sus pies, en la cuna. El gato se llamaba Pirata ya que tenía solo una manchita blanca alrededor de un ojo.

El gatito siempre se iba a hechar a los pies de Lyra.

–Señor Pirata ¿qué hace por aquí? –hablo draco. El gato como única respuesta le maullo.

Lyra ya tenía los ojitos abiertos, eran verdes igual que los de Harry y tenía su pelito negro, no era como Dylan, Simón o Orión que tenían el pelo rubio como el de Draco, solo que Dylan tenía los ojos verdes también como los de Harry, y Simón y Orión los tenían grises como Draco.

–Buenas tardes, mi cielo. –la saludo Draco y la tomo en brazos para llevársela hacia el comedor.

Cuando llegó ya estaba todo servido.

Se sentó al lado de Harry, dejó a Lyra en la silla para bebés y Orión se sentó frente a él; así comenzaron a comer los cuatros juntos, mientras conversaban y reían.

Más tarde Orión se iría a dormir y Lyra se iría a la cuna. Harry y Draco quedarían en el living, los dos acurrucados en el sofá conversando y haciéndose cariño, tal vez se quedarían dormidos en ese lugar.

Al otro día llegarían dos cartas una de Simón y la otra de Dylan, mandaban una carta a la semana, normalmente los días viernes para avisarle que todo estaba bien y si es que necesitaban algo.

En fin, eran felices como estaban.

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Aquí un extra para que se informen de la vida que llevan Draco y Harry como pareja.

Eso.

Cambio y fuera.

Quizás suba otros capítulos extra más, no lo se.

No olvides la estrellita, te estoy viendo.
👀

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