Avión

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POV CALLE

-Hija tranquila, tal vez si hablas con ella pueden arreglar las cosas, puedes llamarla por teléfono.- Me decía Juan Carlos abrazándome.

-Juanca, la traté pésimo, Poché no merecía eso, y la dejé sola. Yo le había prometido seguirla hasta el fin del mundo y la dejé sola.- Para este momento había perdido la noción del tiempo que llevaba llorando, pero sabía que a causa de eso seguíamos en el aeropuerto, y Vale se había llevado a mis hijas a alguna tienda a distraerse.

-El amor que Poché te tiene es tan puro y fuerte que lo entenderá Dani.-

-No lo sé.- Le contesté sin saber realmente que iba a hacer.

-Te acompañamos a tu casa con las niñas Dani, para que no vayas sola.- Me ayudó a levantarme del asiento en el que estuve llorando todo ese tiempo.

-Gracias-

Vale se fue conmigo en la camioneta con las niñas mientras su papá nos fue siguiendo en su carro hasta llegar al edificio. Una vez llegamos, Vale se pasó al carro de Juan Carlos y me quedé ahí sola con mis hijas.

Apenas llegamos mis hijas se metieron en mi cama a dormir, al revisar mi teléfono me di cuenta que ya eran las 2am, las niñas estaban agotadas de haber llorado tanto, yo estaba igual pero no podía conciliar el sueño, no podía dejar de pensar en Poché.

Sabía que había cometido un gran error, y me daba miedo no poder remediarlo. Por mi, por ella y por mis hijas, Poché y yo habíamos crecido tanto juntas que no podía terminar de esta manera.

Pensar en todo lo que habíamos logrado trajo a mi memoria el día más mágico de nuestras vidas.

FLASHBACK

-Señora le prometemos que nos podemos encargar de esto, usted vaya a su casa a descansar.-

-Ally, estás peor que mi esposa, estoy embarazada no enferma.-

-Pero su embarazo ya está muy avanzado y son dos, debería estar en reposo.-

-Ally tengo 9 meses, según el doctor aún aguantan dos semanas dentro, tranquila, mejor acompáñame a recibir todo el material nuevo que llegó para revisarlo.-

Después de una horas me di cuenta que le tenía que haber hecho caso a Poché y a Ally cuando comencé a sentir un fuerte dolor en el abdomen.

-Aaaaaaaaa- solté un grito que alertó a todos en la cocina.

-Señora ¿Se siente bien?-

-Noooooo- volví a gritar sosteniendo mi abdomen.

-Deben de ser contracciones- Dijo Sebastián con una sonrisa en el rostro.

-Llamenle a mi esposa.- solo extendí mi teléfono sin importarme quien lo tomara.

Me ayudaron a sentarme en una silla y en solo un momento pude ver a Poché entrar por la puerta de la cocina.

-¿Mi amor estás bien?- se hincó a mi lado sosteniendo mis manos.

-¿Crees que si estuviera bien te hubiera llamado?- le contesté gritando por los dolores que cada vez se hacían más fuertes.

-No, perdón mi amor, tienes razón, vamos al hospital ¿Está bien?-

-Apúrate Maria José, me duele.-

Llegamos en tiempo record al hospital, y cuando menos lo pensé ya estaba en una habitación con cintas alrededor de la panza monitoreando las contracciones y el corazón de mis bebés.

-En un momento viene su doctor para determinar si será una cesárea o un parto natural, pero les aseguro que en unas horas conocerán a sus bebés.-

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