En la Francia del siglo XVI, Jimin, un joven hermoso con un gusto particular en ropa, estaba profundamente enamorado del Conde Min de Burdeos, y en un afortunado negocio que involucraba a Min Yoongi y al hermano de Jimin, Jungkook, ambos se ven vivi...
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(One Republic - Secrets)
Necesito otra historia
Algo para bajar mi pecho
Mi vida se vuelve un poco aburrida
Necesito algo que pueda confesar
Su cuerpo bajo el encaje negro era todo menos invisible, su plano pecho y su masculina entrepierna quedaron a la luz. No había caso de mentirle más, hacerlo sería muy descarado y avivaría el disgusto de Yoongi. El hombre debía estar iracundo y no tendría a bien recibir más mentiras.
Jimin apretó entre sus puños la tela de la bata, incapaz de soltar palabra alguna o de si quiera mover un músculo. Estaba petrificado. Yoongi, mirándolo inquisitivamente, cerró la puerta tras de sí pasando el seguro y caminó más cerca del jovencito que temblaba como una hoja sacudida por la tempestad del miedo.
—Siempre tan esquiva y misteriosa…, y ocultabas algo más que una simple inseguridad.
El pecho de Jimin subía y bajaba con velocidad insana cuando estuvo a menos de medio metro del Conde.
—Eres un hombre —dijo, aunque esa revelación obvia era más para su torpe cerebro que no lograba procesar el asunto—. He sido engañado por tu rostro y tus vestidos, y caí al vacío en tu mentira.
—Y-yo no quise…, no quería mentirte —murmuró temeroso—. Sé que en este momento me repudias por esto, pero yo…
Hasta que todas mis mangas estén manchadas de rojo
De toda la verdad que he dicho
Vamos, honestamente lo juro
Pensé que me viste guiñar el ojo, no, estuve al borde, así que
—¿Qué te hace pensar que te repudio, Jimin? —preguntó para la sorpresa del temeroso chico—. Me siento engañado, aunque, en realidad, no encuentro esto sino divertido. Nunca en mi vida nadie pudo engañarme. Y me dejé encandilar tanto por ti que no fui capaz de ver lo que físicamente te hacía diferente de una mujer.
Jimin bajó el rostro en medio de la vergüenza, no sólo fue descubierto en su atroz mentira, sino que estaba desnudo frente al mismo hombre a quien le hizo una felación durante la tarde. El Conde no parecía inmutarse mucho por su escasez de prendas, y eso, se dijo Jimin, podía deberse a que ya no era atractivo para Yoongi. Es decir, ahora ya no llevaba un precioso vestido o el cabello enrulado. Ya no fingía ser una mujer. Sólo era él. Park Jimin.
—Siempre supe que había algo sumamente raro en ti, siendo tan diferente de cuanta mujer que conocí y resultó que esa era la diferencia obvia. Ahora me siento como un tonto al recordar todo lo que hablé de ti con tu hermano, todas sus advertencias fueron por esto y nunca quise ceder ni un poco. Ni aún ahora quiero ceder contigo —confesó con aire oscuro.
Dime lo que quieres oir
Algo que iluminará esas orejas
Enfermo de todas las mentiras
Voy a contar todos mis secretos
Esta vez
No necesitas otra mentira perfecta
No importa si los críticos nunca saltaron en la línea
Voy a contar todos mis secretos
