Capítulo 3: Soledad y decisión.

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-"Bin, estás siendo tonto y egoísta"-La voz de su madre se escuchaba frustrada del otro lado de la línea-"Estás cometiendo un error, no hay otro hombre igual a Eunwoo, ¿Crees que vas a encontrar a alguien igual?"-No, Bin está seguro que Eunwoo es único en el mundo y nunca encontraría a alguien como él-"Ese chico es el padre y esposo perfecto ¿Qué más quieres Bin?"-Cierto, ¿Qué más quería? Tal vez sí era egoísta por exigir más de lo que debía- "¿Siquiera pensaste en tus hijos cuando tomaste está decisión?"



Bin lo hizo, de hecho podría decir que sus hijos fueron el principal freno que le hizo no tomar la decisión antes, eso y el hecho de que aún amaba a Eunwoo. Sin embargo no quiso contradecir a su madre quién le había llamada en cuanto supo la noticia.



Los rumores se esparcen rápido cuando tienes a un esposo famoso y te ven saliendo con maletas de tu casa, Bin sospechaba que no faltaría mucho para que hubiera paparazis al acecho, por suerte Eunwoo había prometido mantener a la prensa controlada para que no se metieran con ellos, algo que agradecía es que su esposo siempre separó su vida privada de su vida profesional, eso le dio un poco de paz y privacidad en su vida diaria.



Aunque dicha privacidad ya había sido invadida si los rumores de la separación llegaron a su madre que ahora parecía estar dispuesta a darle el sermón más largo de su vida. No se sentía con la energía de discutir con alguien, mucho menos con la persona que debería estar de su lado pero en su lugar criticaba su decisión.



-"Te marco después mamá, estoy algo ocupado en estos momentos"-Cortó la llamada sin esperar respuesta, aunque pudo escuchar como su madre se quedó a medio reclamo.



Le dolía la cabeza, los últimos días habían sido muy ajetreados, una vez que hablaron con los niños Bin comenzó a buscar departamentos para mudarse cuanto antes. Eunwoo le había dicho que no era necesario que Bin fuera quien saliera de casa, después de todo Eunwoo apenas y podía estar ahí por el trabajo, sin embargo, se negó a aceptar su oferta; no podía quedarse en esa casa, no cuando ese lugar tenía tantos recuerdos y significados que solo lo seguirían lastimando.



Al fin había podido encontrar un lugar que fue de su agrado, un departamento lo suficientemente espacioso para que vivieran él y los niños, además de que se encontraba cerca del lugar de trabajo de Bin, había muchas cosas buenas sobre su nueva casa, pero aún no se sentía bien, aún no se sentía como un hogar.



El departamento estaba lleno de cajas, por alguna razón desempacar era un tarea que se negaba a hacer, tal vez se relacionaba con el hecho de que aún le era difícil aceptar la separación con Eunwoo, que tenía tantas ganas de salir corriendo directo a su antigua casa, abrazar a su esposo y decirle que se había equivocado, que no deseaba nada de esto.



Negó con la cabeza para despejar esos últimos pensamientos, no podía echarse para atrás en esta decisión, tenía que recordarse a sí mismo porque había llegado a tales extremos, incluso si recordar dolía.



Hubo un tiempo en el que Bin pensó que Eunwoo y él estarían eternamente uno al lado del otro, que no podría haber nada que desgastara su vínculo y su relación se mantendría firme ante cualquier adversidad.



Fue así muchas veces, tuvieron dificultades y las superaron juntos, pero Bin era humano, y había cosas que lo sobrepasaban, había cosas que simplemente lo desgastaron al grado de ya no poder aguantar más, hasta él tenía un punto de quiebre.



Para Bin, fue la soledad constante en la que se encontró de repente; Eunwoo se volvía más popular dentro de la industria del entrenamiento y junto con eso sus horarios aumentaban, a Bin nunca le molestó ese hecho, estaba feliz por el éxito de su esposo, se sentía orgulloso de todo lo que había logrado y lo apoyaba en todo lo que podía para que Eunwoo se sintiera seguro de seguir rumbo a la cima.

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