»» 𝙸𝚗 𝚂𝚎𝚊𝚛𝚌𝚑 𝙾𝚏 𝚃𝚑𝚎 𝙲𝚛𝚒𝚖𝚒𝚗𝚊𝚕 ««

25.juego

Cuando despertó no podía ver nada, sentía todos sus sentidos adormecidos, intentaba recordar lo que había pasado pero solo pudiendo recordar cortos momentos antes de ser atrapado por alguien desconocido.

- mantente en silencio - un voz habló a su lado y luego de haberlo hecho caminar hacia algún lugar extraño, lo había empujado hasta que cayó boca a bajo sobre una suave superficie.

Logró escuchar una puerta cerrase y luego el completo silencio, supuso que lo habían dejado solo en aquel desconocido lugar, se removió un poco pero con sus manos atadas a su espalda evitaban cualquier movimiento, más teniendo la vista obstruida por un pedazo de tela.
Luchó un poco más pero las ataduras eran muy fuertes y cada que movía sus manos, estas se ajustaban más a sus muñecas, algo que comenzaba a dolerle, protestó entre insultos al rendirse.

No tenía de otra que esperar hasta el momento indicado para escapar o al menos intentarlo.

Para su suerte en poco tiempo sus sentidos habían vuelto, escuchando perfectamente unos pasos acercarse, más específicamente unos elegantes tacones golpear el suelo.

La puerta se abrió dejando ver una figura de una hermosa mujer, con traje negro a excepción de su camisa blanca, sus tacones altos de color rojo brillando sin necesidad de luz, se acercó lento hasta el cuerpo que estaba recostado boca abajo sobre aquella cama y sonrió al sentarse a su lado, pasando sus yemas por la piel expuesta de sus fuertes brazos, sonriendo más al ver que el cuerpo contrario tembló ante su toque.

- detective...jeon - su dulce voz resonó por el pequeño cuarto, una voz irreconocible para Jungkook, nunca la había escuchado antes - eres de lo más hablado en el bajo mundo, eres como la estrella más preciosa y cara de todas - sin dejar de sonreír, se alejo comenzando a caminar por el cuarto - todos quieren tenerte para su propio beneficio - habló viendo por la pequeña ventana a su lado, miro a Jungkook removerse, queriendo soltarse - eso se ve algo incómodo pero no puedo soltarte, lo siento - el pelinegro sabía bien que ella en verdad no lo sentía ni un poco, incluso podía jurar que disfrutaba verlo así.

Ella se acercó y le dio la vuelta, quitando su venda segundos después, sonrió en grande para luego pasar sus dedos por sus delicadas facciones, fascinada ante tal atractivo. Mientras que jungkook intentaba encontrar entre sus recuerdos el rostro de aquella mujer pero nada, no había nada.

- ya entiendo por que vante te quiere solo para el, eres precioso Jeon - ella paso su pulgar por sus labios y el pelinegro giro el rostro, alejandose de su tacto - es una pena que solo eres una presa y que yo estoy en busca del depredador - dijo bajando su mano junto con su mirada por su pecho de forma lenta, poniendo nervioso al contario cuando llegó a su abdomen bajo pero este soltó un suspiro de alivio cuando ella se alejó.

Camino elegante hasta la puerta, la abrió y antes de salir lo volteo a ver recargandose sobre ella.

- para tu suerte...conocerás a vante, siempre quisiste hacerlo no? - ella sabía bien la respuesta a aquella pregunta, solo sonrió y tarareando alguna canción se fue cerrando con llave la puerta tras ella, sonriendo al escuchar los gritos y quejas pidiendo, rogando, ser liberado.

{...V...}

- DONDE ESTA?!! No puedes hacer tu puto trabajo bien?!! - ese era vante en su nivel más bajo de furia, volvió a gritar de enojo y levantó su escritorio, lanzándolo al suelo con todo lo que tenía encima, agust D suspiro algo fastidiado al no dejarle ni hablar - no que tu chico estaba vigilandolo?! Miralo! Solo sirve para verse bonito y ya!! - apuntó con molestia al joven chico que miraba su reflejo en uno de sus brillantes cuchillos, este lo ignoro completamente.

- el no tiene la culpa!! No culpes a los demás por tus errores!! - grito defendiendolo, lo amaba, obviamente lo defendería sin dudar pero la mirada de vante lo hizo sentirse algo intimidado, en su cuello parecía que una vena saltaría y sus ojos solo demostraban enojo además de sus pupilas muy dilatadas, este se acercó quedando a solo centímetros de su rostro, parecía querer matarlo con la mirada.