<<Espejos>>

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León

Miraba de reojo por sí Coral se dormía, tal vez ya estaba cansada después de haber tenido sexo hace unos minutos atrás o tal vez el alcohol la estaba adormeciendo. Entro en el garaje del motel "Sky".

Le pago al señor que ya me conoce; no sé cuántas veces voy viniendo aquí pero siempre pido la misma habitación, esta vez pedí el mismo pero diferente número de habitación. Ella se acomoda en el asiento mirando a ambos lados, estamos en una especie de garaje.

— Vamos.

Los dos salimos del auto y abro la puerta queda directamente dentro de la habitación 23. Esta tiene luces led azules, la cama es más grande, aunque el jacuzzi sigue en el mismo lugar, la pequeña piscina está del otro lado de la sala.

Pero sus ojos están en una sola cosa: el espejo en el techo. Sonrío mirándola, y rodeo mis brazos alrededor de su cintura, estoy detrás de ella.

Recuerdo la vez que habíamos terminado de tener sexo, de todas esas veces que nos quedamos charlando estando desnudos o ella enrollada en una sábana blanca.

— ¿Y hay habitaciones con espejos en el techo? — Pregunta.

Sé que en el sexo tiene bastante experiencia, pero no parece ser la chica que haya ido a un motel.

— Sí, aparte de diferente clases de consoladores, vibradores, látigos... — Respondo con cierta diversión.

— ¿Me llevaras algún día? — Sus ojos me miran y yo asiento.

Eso había pasado hace bastante tiempo, pero ahora ella esta acá. Bueno al menos cumplí su deseo de venir a un motel, y con un espejo en el techo, porque creo que es lo único que le interesa.

Pero el único recuerdo que sigue intacto en mi mente es la vez que me vio masturbándome en mi habitación. Como sus ojos me miraron con tanto asombro, cuando la invite a entrar y preguntarle si quería tocarme; estaba tan desesperado en llegar al orgasmo que necesitaba otras manos, y las de ellas siempre fueron suaves.

Ella se había dejado tocar también; sabía que estaba excitada con tan solo haberme visto desde la puerta de mi habitación. La ropa fue desapareciendo de nuestros cuerpos, y esa vez fue la primera vez que la vi totalmente desnuda, tiene un cuerpo perfecto, me encanta que sus pechos sean pequeños pero encajan perfectamente en su cuerpo, y su gran trasero. Es todo lo que me gusta de ella, y esa vez, lo había disfrutado como nunca, pero recuerdo todas esas veces que me había dicho.

— No podemos repetirlo nunca más, esto está mal León.

— Si papá nos descubre estaremos muertos y lo sabes.

— No, esto está mal.

— Será la última vez...

Hasta que dejo de quejarse, dejo de resistirse porque sabía que por más que decía que estaba mal, ella quería. Ambos siempre teníamos ese deseo de querer terminar en la cama teniendo sexo, que ella me masturbara, que llevará mi polla a su boca todas esas veces que nos enrollamos. O yo terminaba con mi lengua en su feminidad.

Ya no importaba el prohibido, la clandestinidad como otros le dicen. Claro que sí me volví loco cuando la vi bailando con ese desconocido, ni siquiera lo vi en la escuela, tal vez es un tonto que vino a la fiesta sin ser invitado. Le hubiera partido la cara, pero tampoco sé porque había reaccionado de esa manera, yo estaba con una chica y ella con un chico ¿Por qué reaccionar así?

Y ahora le tengo acá, follandola una vez más. Ella está encima mío, aunque tiene su cabeza hacia atrás mirándose en el espejo del techo.

Sé que adora mirarse, como sus pechos se endurecen, como se mueve encima de mí.

— Te gusta mirarte eh...

Sus mejillas están sonrojadas.

De un movimiento a otro estoy encima de ella, y sus ojos siguen clavados en el espejo. Tiene la vista hacia mi espalda y mis hombros anchos, también mi trasero moviéndome para enterrarme en ella.

— Tienes un lindo trasero... — Su risa es divertida, y la miro con una ceja enarcada.

— ¿A sí? — Le doy una nalgada, y ella vuelve a reír.

— Pero me gusta. — Muerde su labio inferior. — Y tenemos que llegar antes de que nuestros padres se despierten...

La interrumpo besándola.

Detesto cuando se pone analizar en el medio del sexo, solía hacerlo antes cuando se preocupaba en la hora que nuestros padres llegaban del trabajo, y siempre terminábamos justo cuando papá estacionaba su auto en el garaje. Ella se iba corriendo a su habitación a meterse en el baño, y yo me ponía una bata fingiendo que salía del baño, o que estaba estudiando.

No sé qué pasaría en el momento que nuestros padres sepan de esto, como dicen: todo siempre sale a la luz. No podría cargar con tana responsabilidad de esto, ni menos Coral, sé que no quiere decepcionar a nuestros padres, ni menos a papá, pero los dos ya estamos en el fuego, los dos nos estamos quemando y no hay vuelta atrás.

Relación Abierta [✓]Where stories live. Discover now