Capítulo 15

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Emmaline

Desperté con mis piernas entrelazadas con las suyas, poderosas y musculosas. Su pesada mano emanando calor contra mi tibia piel, descansando despreocupadamente en la curva de mi espalda baja, a unos centímetros de mi trasero.

Nuestros cuerpos cubiertos con una sola sabana.

Manteniéndonos cálidos en una mañana tan fría y húmeda.

Mi mejilla apoyada contra la dureza de sus firmes pectorales, mi cabeza subiendo y bajando lentamente con cada respiración que da el hombre que está en la cama.

No volví a preguntar por las mujeres en aquellos cuadros, tal parece que a Argus no le agrada hablar de ellos.

Nos olvidamos completamente de la comida.

Una vez más, me sentí avergonzada con Louis al hacerlo cocinar y que solo se desperdiciara porque no volvimos a salir de la habitación.

No era justo que aquella comida fuera directamente a la basura solo porque dos personas egoístas y desesperadas de saciar su sed de lujuria, hicieron tal atrocidad cuando cientos de personas allá afuera apenas y podían colocar un plato con comida sobre sus mesas una vez a la semana.

Mis ojos se abren, revelándome la imagen que jamás creí que fuera posible mirar con mis propios ojos.

Mi mirada desciende por su pecho con la piel bronceada y brillante ideal de un hombre italiano, subiendo y bajando con lentitud con cada aspiración, la barba oscura por toda su afilada mandíbula y sus mejillas, esos gruesos labios entreabiertos dejando salir su respiración lenta por entre los dientes.

Argus es la definición de un Dios del Olimpo.

Me encanta verlo es ese estado.

Tranquilo y relajado.

Sin estar siempre a la defensiva.

No se parece en nada al hombre que ha cuidado de mí las últimas semanas. A pesar de estar profundamente dormido al otro lado de la cama, tiene el ceño fruncido como si le molestara algo que está en su inconsciente.

Es increíble que puede estar tan quieto con el tipo de vida que lleva.

Teniendo que mirar a todas partes como un halcón esperando ver a su presa para atacarla con sus poderosas y afiladas garras.

Evitando que rapten a sus crías y la lastimen.

Y por extraño que parezca, yo soy siendo la cría que necesita de su protección para que una organización criminal italiana no pueda hacerme daño.

El solo pensamiento de ver a Argus tomar su arma para dispararle a la persona que se atreva a acercarse a mí solo para protegerme.

Me hace apretar las piernas.

Mi corazón da una vuelta peligrosa al ver a este hermoso y enigmático hombre arriesgando su vida todos los días para salvaguardar la mía.

Sintiendo una profunda admiración y fascinación por ese hombre.

Su cabello negro desordenado por las veces que tire de sus rebeldes y húmedos rizos cada vez que se enterraba profundamente en mí.

Mis ojos aun pesados por dormir apenas unas cuantas horas, miran detalladamente el rostro de Argus estando tan cerca del mío, pudiendo sentir su cálida respiración chocar contra mi cara.

Suspira profundamente cuando siente mi mano acariciar la áspera barba de su mentón.

Veo que sus ojos comienzan a abrirse lentamente adaptándose a la luz matutina que se cuela por las gruesas cortinas y haciendo un ruido grave al despavilandose.

Oscuro SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora