Capítulo 19

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Argus

La piel clara de Emmaline contrastaba con la blancura de la nieve y la luz solar que se colaba por las grandes ventanas de su habitación hizo brillar su estúpidamente ridículo anillo en su dedo anular.

Me molestaba que otro hombre la reclamara como suya con solo colocar un anillo en su mano.

Estaba durmiendo tranquilamente y sin preocupaciones que la atormenten entre mis brazos acurrucada contra mi cuerpo como un gatito en invierno.

Desde aquí puedo ver sus largas y rubias pestañas llegar hasta sus altos pómulos y su cabello se extendía en las almohadas y en mi brazo.

Su cálida y rítmica respiración chocando contra mi pecho desnudo me indicaba que se encuentra profundamente dormida.

Soy el hombre que vela por su sueño para que nadie pueda perturbarlo.

Verla dormir, me recordaba a las delicadas rosas rojas que crecían en el jardín de nuestra mansión en Calabria, mi madre era quien se hacía cargo de ellas, las cuidaba con mucho esmero y siempre decía que las flores eran tan delicadas teniendo que ser tratadas con amor, a pesar de que lastiman sus manos. Emmaline es tan fuerte como esas rosas, soportando una tormenta invernal sin rendirse, manteniéndose fuerte y espinando a quien intente tocarla.

Eso me hizo querer protegerla como el cuidador del inmenso jardín porque los enemigos, acechan alrededor del palacio queriendo arrancar sus aterciopelados y brillantes pétalos.

Esos malditos imbéciles sabían que me encontraba en Londres y que estaba con ella.

Después de recibir aquella llamada, no pude dormir lo que restaba de la noche.

Permaneciendo en alerta hasta que el sol salió por el horizonte.

Tuve mis sospechas desde que las perras de ese bastardo dispararon en nuestra dirección frente a la tumba de la madre de Emmaline.

Sabía de quienes se trataba, sabía quién estaba detrás del ataque.

La mafia de la Camorra estaba tras Emmaline.

No eran tan poderosos como otros grupos criminales, pero eran más letales y peligrosos.

Conocía perfectamente a los sirvientes de esa escoria porque habían trabajado para mí.

Su perra habladora casi me delata frente a ella.

Pero no creí que esa basura traidora estuviera tan cerca de la mujer que ahora duerme en mis brazos.

Giuseppe, uno de mis hombres, solo confirmo mis sospechas la noche anterior.

Miro sus gruesos labios entre abiertos percibiendo el calor que emana de su cavidad, es increíble el color rosa en sus labios salpicados de manchas a penas visibles si los miras de cerca.

Esta realmente sin las sombras oscuras alrededor de sus ojos, el labial que ocultando todos esos pequeños detalles en su perfecta cara.

Se quedó profundamente dormida después de esa llamada.

Por un instante, mi cuerpo se tensó al escuchar la voz masculina a través del teléfono, pensando que a llamada tenia relación con la que había recibido momentos antes.

Me relaje al saber que solo se trataba del marido de su hermana.

No dijo mucho mientras estaba en la habitación, le di privacidad para que hablara cómodamente con él.

Lo poco que sabía de la hermana de Emmaline, era que murió a causa del cáncer. Pero ella nunca menciono que estaba casada.

Creo que solo ella sabía sobre su matrimonio.

Oscuro SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora