Capítulo 4

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Mordió la almohada con fuerza, intentando acallar sus gemidos desesperadamente.
_¿Te gusta, Stefan?
El joven negó con la cabeza, arrastrándose hacia la cabecera de la cama.
_No más. ¡No!
_Eso es una invitación para mi
Stefan se volteó bruscamente golpeando con todas sus fuerzas el rostro de Jason.
_¡Ah! ¿Estás loco?
El rubio se levantó tan precipitadamente de la cama que estuvo a punto de caerse al suelo. Recogió su ropa y, tras vestirse, salió corriendo del piso. Se dejó caer a las pocas manzanas, echándose a llorar. ¿Qué era lo que estaba haciendo? Su móvil vibraba con insistencia. Pero cuando vio el nombre en la pantalla le ignoró. Supuso que estaría preocupado. Se levantó, sacudiéndose la ropa y volvió a echar a correr. Necesitaba ir a casa.

***

Dylan se revolvió en el sofá haciendo que el teléfono se resbalara hasta el suelo. Había estado esperando de nuevo a Stefan, pero el cansancio había podido con él al final. Sentado en el sofá, vigilando la puerta, se había sentido realmente patético, al igual que un perrito faldero. No peor. Al perro al menos le darían una caricia.

***

Logró acallar el grito al descubrir porque no podía levantarse. Stefan dormía plácidamente con la cabeza apoyada en su pecho. Dylan se mordió los labios, dudando entre si despertarlo o no. El rubio parpadeó un poco, intentando acostumbrarse a la luz.

_Buenos días...
_Buenos días, est... Stefan
Soltó una leve risilla, acomodándose mejor.
_Tenía sueño. Así que me quedé a dormir contigo. Tu pecho es muy cómodo. Seguro que no soy el primero que te lo dice.
_Lo cierto es que sí
_Pues entonces has tenido unas novias muy raras
_Digamos que las que he tenido no buscaban descansar en mi pecho
_¿Sexo?
_Básicamente
_Entiendo... Oye, Dylan ¿y si fuera marica de verdad?
_No entiendo a que viene la pregunta. Es decir, no... A ver...
_¿Y si quisiera acostarme contigo?
Dylan se sonrojó con tanta intensidad que tuvo que apartar la mirada de él.
_Ahm... estamos hablando de un caso hipotético ¿no?
_Claro ¿de qué si no?
_Pues...supongo que estaría ¿bien?
_Ah... así que te gusto
_¡Qué no es eso!
_¿Ah no...?
Stefan aproximó los labios a los suyos ante el perceptible nerviosismo del moreno.
_¿Y si te beso ahora...?
_¿Quieres ganarte un puñetazo?
_¿Me lo darías...?
Lo besó con levedad.
_Dylan...
_¿Te burlas de mi?
Dylan se incorporó de golpe haciendo a Stefan caerse del sofá.
_¿Cómo?
_No quiero ser el bufón. Esto es suficiente por hoy de jugar

El rubio bajó levemente la mirada. Pero ¿que diablos estaba haciendo?
_Dylan...perdona, no pretendía...
_No pasa nada. Está bien
_Pero...

***

Era un juego. Un simple juego en el que él había caído como un tonto. Se echó agua a la cara, intentando que se le pasara el acaloramiento ¿un simple beso le había puesto así?
_Dylan ¿como te gustan los huevos?
_Revueltos
_De acuerdo
Se demoró un poco más observándose al espejo antes de salir a desayunar. Stefan servía el café. Su cabello dorado brillaba a causa del sol, mientras unos mechones rebeldes se deslizaban sobre su frente. Sin pensárselo un solo segundo Dylan lo tomó del mentón, besandolo de golpe. El chico, sorprendido, soltó la cafetera haciendo que se partiera en cientos de trocitos al estrellarse contra el suelo.
_¡Dylan!
_¿Que? Ojo por ojo...
_Eres imbécil
Ambos se miraron, echándose a reír a carcajadas poco después.

***

No contestó. Guardó el teléfono en su mochila y se reunió con Dylan en el centro de la sala. Debían decidir que canción iría mejor y por supuesto diseñar la coreografía. El moreno cambiaba con el mando las canciones con el ceño fruncido.
_¿Qué pasa?
_Son todas muy sosas
_¿Has probado con los remix?
_Todavía no.
_Yo cambio el disco
_De acuerdo
Un grupo irrumpió en la sala.
_Hey, macho, cuanto tiempo.
_¡Tíos! ¿Qué tal os va?
Dylan saludó con efusividad a los recien llegados. Stefan sacó el cd con lentitud del lector, intentando hacer el máximo tiempo posible. Nunca les había caído bien y no estaba seguro de que ellos fueran como Dylan.
_¿Qué tal te va con el marica?
_Se llama Stefan
El tono duro de aquella respuesta sorprendió a todos los presentes en la sala.
_¿Qué pasa? ¿Ahora sois amiguitos del alma?
_Si habéis venido a insultar a mi pareja de baile será mejor que os largueis. Sabéis perfectamente que no tolero los insultos a quienes considero mis amigos. Llevamos juntos desde hace siete años, deberíais conocerme. Él no os ha faltado al respeto una sola vez desde que está conmigo, así que el trato será igual ¿entendido?
Los jovenes asistieron.
_Bien. ¿Cómo va el número?
***

_Gracias
_¿Por qué?
_Por haberme defendido antes
Dylan se recostó en el suelo de madera con una sonrisa pintada en el rostro mientras Stefan recogía sus cosas.
_No ha sido nada
_Me consideras un amigo. Me gustó oírlo
_Oye ¿te apetece venir a cenar?
_¿A donde?
_Pensaba ir al burger, aunque a ti no te gustan esos sitios y...
_Por mi está bien
_¿Y tu dieta?
_¿Qué dieta?
_¡Ese es mi chico!
_¿Chi...? ¡Idiota!

***

_Nunca había probado esas patatas.
_¿Quieres?
_Sí. Voy a...
Stefan golpeó la mano de Dylan.
_Pero si me has...
_Yo te la doy
Hundió la patata en la salsa y se la acercó a Dylan a la boca.
_Di "aah"
_No pienso decir eso
_¿Por qué no? Encima de que te alimento
Dylan se echó a reir, momento que el rubio aprovechó para colarle la patata en la boca.
_Toma, por bocazas
***
Dylan apoyó la cabeza en el hombro de Stefan en el metro.
_¿Se te ha acabado el refresco?
_Sí. Aunque ahora vuelvo a tener hambre.
_¿Tu que eres? ¿Un pozo sin fondo?
_Posiblemente. Me apetece algo dulce. ¿Paramos en el 24 horas?
_De acuerdo
_Stefan..
_¿Sí?
_¿Qué dulces te gustan?
_Los pastelitos de coco
_¿Sólo?
_No. También los de crema y me gusta el chocolate blanco.
_Eres muy raro
_No es verdad...
_¿Y el chocolate negro?
_Para nada. Es amargo
_A mi me chifla
_Entonces tu eres el raro
_Ni hablar

***

Recuerdo aquel día, al volver a casa con la bolsa de dulces. Stefan me besó antes de entrar, riéndose, como si de un juego se tratara. No sabía a que exactamente nos llevaría aquello, pero en mi interior, deseaba que aquel juego no terminara nunca.

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