Mitsuya Takashi jamás creyó que se iba a enamorar.
Nunca creyó que se enamoraría tan perdidamente por alguien.
Ni mucho menos que se enamoraría de un chico de cabellos rojos como la sangre y sonrisa angelical.
Pero... ¿Quién iba a pensar que ese mu...
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—Mmm...
El pelirrojo observaba la máquina expendedora de golosinas pensando cuál comprarse cuando una voz llama su atención.
—Kenjichi.
El de orbes rojizos giró su rostro hacia la derecha encontrándose a su pequeño amigo rubio ceniza y a su lado se encontraba Draken mirándolo hacia el.
—Draken, Mikey.— saludó con una sonrisa en sus labios, girando su cuerpo en su dirección.— al fin llegan.
—¿Que?— preguntó confundido Mikey viendo como su mejor amigo y su nuevo amigo se miraban como si supieran de que hablaban.
—Gracias por pasarme la dirección.— respondió el tatuado, acercándose al pelirrojo.— ¿Cómo lo supiste?
—Un mago no revela sus trucos.— respondió divertido, volviendo su atención hacia la máquina y puso el billete para luego apretar el botón de cual quería.— pero sinceramente no fue tan difícil encontrarla.
—¡No entiendo de que hablan!— se quejó con un puchero el rubio ceniza.
—Ya veo.— susurró Draken, ignorando las quejas de Mikey, viéndolo agarrar el dulce con una sonrisa en los labios del pelirrojo.— ¿Vamos?
—Vamos.
Mikey refufuñaba como un niño pequeño al ver al pelirrojo y a su mejor amigo hablar como si el no estuviera allí. Y lo más indignante era que el comandante se había dado cuenta que Kenjichi y Kenchin estuvieron hablando en estos días, después de la reunión.
¡Y él fue el que le pidió el número!
¡Traición!
—Aquí es.— habló el pelirrojo parando en frente de una habitación del hospital, quedando en el medio, entre Draken y Mikey que éste último miraba confundido hacia la persona del otro lado.
—¿Quien es?— se animó a preguntar el rubio ceniza.
—Es la novia del amigo de Pah.— respondió Draken, con una mueca en sus labios y que apretó con fuerzas los puños del enojo.— la víctima de Moebius.
》Y la chica que salvó Akabane.《
—Oh vaya...— murmuró sorprendido Mikey.
—No logré salvarla.— murmuró con pesar el pelirrojo al ver el estado de aquella chica. Toda golpeada, su rostro desfigurado, lleno de cables a su alrededor junto con un respirador.— mira como está...
》Si hubiera hecho más...《
—Hiciste lo que pudiste Kenjichi.— le habló el rubio mirando al pelirrojo a su lado que tenía la mirada gacha.— no te sientas culpable, ella está viva.
