No provengo del cielo.

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-¿Que harás hoy?- Sophie habla mientras nos dirigimos a los casilleros. Ya acabamos las clases de hoy, tengo mucha hambre y ahora particularmente esta haciendo calor, así que la sudadera no me favorece mucho.

-Georgia esta súper intensa, me hizo prometerle que iría a casa. - respondo guardando bruscamente los libros, me quiero ir ya de aquí. Ella observa con curiosidad la manera tan desesperada en la que me comporto.

-¿Pasa algo? ¿Por que estas tan apurada?- pregunta y al instante me detengo, giro la cabeza a su dirección. Estoy siendo muy obvia, si sigo comportándome así sabrá que oculto algo, ni para eso sirvo.

-No no, solo que de verdad Georgia me pone de los nervios siempre que se comporta así y ahora solo puedo pensar en lo que dirá cuando llegue a casa.- miento buscando la primera excusa que pasa por mi cabeza.

-Bien, como sea. Hay fiesta hoy en la piscina al lado de la playa, pasamos por ti temprano. 

-¿Que? ni siquiera te has recuperado de la resaca de anoche. Ya pasó verano, ¿habrán fiestas todos los días?- exclamo poniendo mi mochila en mi hombro y cerrando el casillero.

-Ahora me tomo una aspirina y estaré como nueva. No seas amargada, el calor del verano aun no se ha ido, así que tenemos que aprovechar. - susurra poniendo un puchero que la hace ver realmente tierna. La observo por un segundo, Sophie es realmente hermosa, no entiendo como puede Sean ser tan estúpido y Tobías serlo el doble.

Pongo cara pensativa aun sabiendo que voy a ceder, realmente las vacaciones de verano no se comparan con las fiestas de regreso de clases, ¿Qué es lo peor que podría pasar? ¿Encontrarme un cadáver? pues ya me encontré dos.

Sonrió un poco indicándole que iré y eso hace que de pequeños aplausos acompañado de saltitos. Rio y emprendemos camino por el pasillo hacia la cafetería para esperar por Sean y Namir. Al entrar a la cafetería siento muchas miradas hacia nosotras. Bien, puede que por haber estado asustada se me haya olvidado nombrar que en este instituto como en todos hay personas populares, los jugadores de basketball, las porristas, los nerds, los raritos y demás. Un poco cliché todo, no lo negaré, pero así funciona y no se puede evitar.

Ignorando las miradas que nos lanzan ya que no tenemos la mejor pinta del mundo hoy, caminamos hacia la mesa que esta esperando por nosotras. Las mesas de los populares están un poco divididas por mi enemistad con Stelle y su gran súbdito de personas odiosas.

-Me estaba volviendo viejo esperándolas.- exclama Sean al vernos llegar, esta con su cabello oscuro mojado y su expresión seria como siempre, expresión que cambia cuando Sophie habla.

-¿Y Namir? dijo que me esperaría acá. - cuestiona Sophie mirando a los lados para detenerse en la mirada de Sean, esto lo hace respirar profundo y sonreír un poco incómodo.

-Mm... Estaba coqueteando con Katy y se fueron juntos. Pero antes de que te sulfures, el no quería irse y dejarte acá sola, así que yo le dije que te llevaba a casa. No te preocupes.

-Bueno, pues vámonos ya. Entre más rápido llegue a casa, mas rápido podré golpearlo o en su defecto tirar su ropa por la ventana. - habla Sophie. Debe estar furiosa, odia que Namir le haga esto y la entiendo, aun mas cuando las cosas entre Sean y ella han estado tensas últimamente, creí que la etapa de hace unos años había pasado, pero al parecer están reviviendo la incomodidad.

Después de que insistieran en llevarme a casa, terminé aceptando, pues no me apetece caminar con este profundo calor. Nos subimos al coche nuevo de Sean y unos minutos mas tarde de escuchar música a todo volumen mientras cantamos llegamos a mi casa. Realmente no es una simple casa, vivimos en un conjunto residencial con bastante seguridad. Me despido de Sean y Sophie viendo en ambos la tensión de estar solos, después le preguntaré a Sophie por lo que ocurra.

Respira un poco mas fuerte.Where stories live. Discover now