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Era de mañana en París. Las nubes blancas y esponjosas como el algodón pasaban flotando lentamente sobre los parisinos.
Juleka, Rosita, Nathaniel y ___ estaban en la entrada del colegio. Las chicas hablaban entre ellas mientras Nathaniel estaba detrás de la chica de ojos ___, esperándola para entrar a química.
━━━ ____, ____, ____ ━━━ Repetía Nathaniel alargando la última letra del nombre de la chica mientras jalaba la manga de su sudadera. La femenina hablaba con Rosita y Juleka acerca de la fiesta del peli-rojo, ya les faltaban los últimos detalles. Claro que el varón no sabía de que hablaban. ━━━ Hazme casoooo
━━━ Si, eso sería todo. Entonces, nos vemos en la tarde. ━━━ Dijo despidiéndose de sus compañeras. Al voltearse se encontró con el de ojos turquesas haciendo un puchero. ━━━ ¿Qué sucede, cariño?
Nathaniel y ___ se llevaban así. Eran los típicos amigos que parecen más una pareja. Se trataban con apodos tiernos (más por parte de ___, ya que a Nathaniel le da un poco de vergüenza) iban a todas partes juntos, se contaban todo y se apoyan mutuamente.
La de cabellera ___ tomó los cachetes contrarios, apretándolos y de vez en cuando acariciándolos mientras hacía muecas graciosas.
━━━ Hace más de una semana que me ignoras. ━━━ Comentó Nathaniel apartando las manos de la chica y abrazando fuertemente sus cuadernos. ━━━ Además, ¿sabes que hoy es mi cumpleaños? No puedes verte con Rosita y Juleka, si no, ¿con quién partiré mi pastel y me cantará las mañanitas que tanto me presumía de su país?
___ prácticamente vio a un cachorrito triste. Las palabras de Nathaniel eran ciertas, de alguna manera. ___ había estado evitando a su amigo, sabía que preparar fiestas sorpresas tenían consecuencias, pero hoy era el día así que no podía dar paso atrás.
