24. Deseo innegable

761 112 14
                                    

Por instinto propio sus dedos se formaron como un puño, su garganta se estrechó y sus cejas se fruncieron más cuando se dio cuenta que su corazón estaba acelerado

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Por instinto propio sus dedos se formaron como un puño, su garganta se estrechó y sus cejas se fruncieron más cuando se dio cuenta que su corazón estaba acelerado. ¿Dónde había quedado la ética de aquel psicólogo? ¿Había alguna necesidad de decirlo? Pero contrario a lo que él mismo hubiese creído no explotó en una crisis de ansiedad, solo se inclinó sobre su asiento hacia adelante para mirarlo más cerca.

Joss tragó saliva.

—No tiene derecho alguno a decirme precioso —murmuró— ¿Por qué cree que debo conocer dicha información si lo que haga en su vida privada no es de mi competencia?

No se esperaba esa actitud por lo que le tomó un par de segundos en retomar el hilo de sus pensamientos.

—El motivo por el que lo dije es porque la causa de tus episodios de angustia recientes se relacionan con ello y yo como un profesional que debe guiarte, siento que es incorrecto que no sepas con quien te estás enfrentando.

Apretó los dientes para darse valor y tomar el control de la respiración, sabía que Joss tenía un punto pero algo de la situación no dejaba de molestarle. No tenía derecho alguno de juzgarlo por sus preferencias sexuales pero ¿Es que todo tenía que girar alrededor de ese lugar o es que su psicólogo había follado con "Evans" también?

Estaba celoso, sí.

Sin decir mucho más se paró del asiento en el que se encontraba y salió de allí cerrando de una sola vez con un portazo evidente ¿Estaba siendo melodramático? no lo sabía pero ¡Joder! ¿Por qué todo tenía que conectarse entre sí? ¿Se sorprendería a estas alturas si se decían que su padre se explotaba como trabajador sexual?

Se abrazó a sí mismo cuando salió a la calle y el golpe de frío noqueó su rostro. Estaban cayendo los primeros copos de nieve por lo que debía abrazarse a sí mismo y caminar en una sola dirección con tal de llegar al edificio donde vivía. Mientras avanzaba encontró una tienda de conveniencia y su estómago parecía retorcerse clamando algo de comida.

La ira no permitió que dudara así que entró, se dirigió al pasillo de los fideos instantáneos y pagó por ellos antes de pararse con calma delante de una máquina para llenarlos con agua caliente.

¿Y en todo este tiempo Bright no fue capaz de decirle? pensó con los dientes y mandíbula apretada. Tragó el nudo nuevamente. Sí, iba a enloquecer aún más.

Cuando el plato estuvo listo se acomodó en una mesa donde probó al instante la sopa y los fideos, el olor era delicioso y la temperatura lo suficientemente alta para soplar a cada momento. Mientras comía pensaba "¿Qué tenía él para atraer a ese tipo de personas?" y ahora que alguien tan íntimo como su psicólogo estaba involucrado, no sabía a quién iba a poder acudir para sacar adelante todo del trastorno de ansiedad social.

Estaba absorto en preguntas que no tendrías respuesta ahora, cuando su espalda tembló con un escalofrío inusual, sus ojos se fueron de inmediato hacia la entrada de la tienda por si alguien había abierto la puerta pero esta se encontraba cerrada. Luego su mirada quedó al frente, al otro lado de la ventana donde los autos pasaban iluminando las calles nocturnas de Bangkok.

"Sexual Writer" |BW| ✓Where stories live. Discover now