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En su habitación, Rusia se preparaba para bajar a desayunar, se acomodaba la ropa y finalizaba peinando sus cabellos despejandose el rostro. La mañana era grisácea, enfriada por un aire constante que rozaba con lo violento; el día parecía querer avisarle, ayer no había sido bueno y hoy sería aún menos agradable. Después de que Finlandia amenazara con descubrir su treta frente a todos, el ambiente se tornó un poco más oscuro pero eso ya no le angustiaba, es más, lo esperaba. Esperaba bajar para encontrarse con las acusadoras miradas de su padre y hermanos, esperaba pelear esa mañana y los días que fueran necesarios pero ya no se dedicaría a fingir, no importa que consecuencias hubiese después... Solo esperaba apelar al corazón de su progenitor para que ninguno de sus aliados en ese caso salieran lastimados o afectados de alguna forma. Aspiró profundo antes de salir de su habitación trataba de llenarse, más que valentía, de tolerancia puesto que respetaba y quería a su familia lo cual le hacía tener la necesidad de llevar el asunto por la vertiente más calmada posible. Exhaló el aire y por fin salió de la habitación como todas las mañanas lo hacía... Pero esa no era igual que todas las mañanas. Apenas caminar por el pasillo le hizo notar la primera anomalía, dos guardias resguardaban las escaleras más cercanas y se interpusieron en su camino para que no continuará.

--Disculpe señor, ahora mismo no tiene permitido dejar su habitación --anunció el primer guardia con toda la seriedad del mundo --Abajo se llevan acabo los preparativos para mañana y el señor Urss pidió que usted no interviniera para su propio bien

--¿Cómo?-- de manera indignada el ruso musitó --¿Mi propio bien?, ¿De que hablan, que se celebra mañana?

--Señor... S-su matrimonio, ¿No lo sabía?--hablo el mismo guardia con extrañes --La señorita Finlandia pidió anoche que se adelantará la fecha y el Zar accedió... Por eso pidieron que no bajara, para que usted pudiera solo sentarse es sus deberes y no tuviera cargo de trabajos para mañana.

--Yo no accedí a eso, háganse a un lado, iré a hablar con mi padre --ordeno el muchacho pero los dos hombres frente a el se miraron entre si sin mover un solo músculo --¡¿Acaso están sordos?!--su paciencia rápidamente se comenzó a agotar, la situación ya era lo suficientemente estresante como para aún aunar las impertinencias

--La señorita Finlandia pidió que usted no bajara --hablo por fin el segundo guardia ganando una mirada severa del duque ruso.

--Ella no es absolutamente nadie para mandar así que se harán a un lado o si no... --la amenaza del tricolor fue detenida por el caminar de unos tacones detrás de él y la voz severa de la duquesa más chica del hogar, Bielorusia.

--¿"O si no" que hermanito?-- pregunto la chica logrando que el mayor se volteara a mirarle fijamente

--Bielo, la niña de mis ojos --respodió más tranquilo es eslavo cuando noto a la muchachita frente a él pues el sentimiento de llevar las cosas calmadas le regreso, aún más teniendo a su querida hermana enfrente pues con ella era con la que menos deseaba una discusión --No entiendo nada, explícame por favor, ¿En donde está mi padre?

--Te lo explicaré Rus, pero por favor regresa a tu habitación --pidio la menor acercando a la puerta por la que recién había salido el ruso, abriendo y haciendo un gesto para que el mayor volviera adentro cosa que sucedió --Deben disculparlo, saben que nunca es así, solo está nervioso por mañana --aseguro entrando detrás de su hermano a la habitación cerrando detrás de si.

Ya devuelta en sus aposentos, Rusia tomo asiento a la orilla de su cama mirando a Bielorusia con expectación mientras ella parecía pensar muy bien como iniciar su conversación. La chica camino un poco por el lugar, tomo aire, abrió la boca apunto de hablar pero se detuvo en el acto para volver a caminar y repetir el proceso al menos dos veces más cosa que fastidio a su contrario.

Esto Es Amor /Pausada/ Countryhumans [Rusmex]Where stories live. Discover now