❝𝑻𝒖 𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒍𝒂 𝒏𝒊ñ𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒆 𝒓𝒐𝒃𝒐 𝒆𝒍 𝒄𝒐𝒓𝒂𝒛𝒐𝒏 𝒆𝒏 𝒂𝒒𝒖𝒆𝒍 𝒑𝒂𝒓𝒒𝒖𝒆 𝒅𝒆 𝒂𝒕𝒓𝒂𝒄𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔❞
- Necesitamos una camilla, hay que llevarle al hospital inmediatamente.
Después de decir eso ella me miró y nuestros ojos...
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{Cuatro días después} {10 de agosto 2019 - Sábado}
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La alarma de mi móvil suena. Abro los ojos perezosamente. Apago la alarma y miro la hora 7:30 am, sí, he puesto la alarma tan pronto, ya que a Marco le toca hacer ejercicios de rehabilitación en el gimnasio de su casa, claro.
Me incorporo en la cama con cuidado porque tengo a Marco agarrándome la cintura como un koala agarrando su bambú. Me giro para quedar cara a cara. Empiezo a hacerle caricias en el pelo y a darle besos por toda la cara.
- Marquito despierta, que te toca rehabilitación en el gimnasio.
Le dije dulce.
Él empezó a moverse perezosamente acercándome más a él.
- Un ratito más.
Dijo con su voz ronca y acercándome aún más a él.
- Venga amor, no seas perezoso.
Él abrió los ojos rápidamente y yo me di un golpe mental por lo que le acababa de decir, ya que nunca nos habíamos llamado así, a ver, si hay besos y abrazos pero no pasa de ahí ya que aún no hemos formalizado nada.
- ¿Cómo me has llamado?
- Nada, no te he llamado nada.
Me deshice de su agarre y me levanté de la cama.
- De eso nada, me has llamado amor.
Se levantó de la cama.
- Qué va Marco habrás, escuchado mal.
Caminé con sigilo hacia la puerta.
- A no, tú no te vas de aquí.
Empezó a correr hacia mí.
Rápidamente abrí la puerta y empecé a correr hasta mi habitación porque estábamos en la suya. Llegué a mi habitación y cerré la puerta con seguro.
- ¿Siempre vas a huir de mí encerrándote en tu habitación?
Reí al recordar la última vez que estuvimos en esta situación.
