Nadie de los Hale creyó que la maldición que les había impuesto una bruja por simple coraje a Peter se hiciera realidad, pero vamos, era a causa de Peter y por supuesto que sucedería, lo que ninguno imagino fue que la manada no creyera que fueran el...
La puerta del ascensor se abrió y solo fue cuestión de segundos para que Malia pudiera entrar al loft de Derek.
— ¡Estamos en la cocina!
Escucho la voz de una chica, quiso suponer que se trataba de Cora pero al ver a las tres personas no pudo evitar ponerse en alerta y sacar sus garras.
— Te dije que se iba a poner así –le dijo la pelinegra a la peli-miel que solo puso los ojos en blanco.
— Tranquila Malia, somos nosotros, si no nos crees puedes olfatearnos –le dijo el castaño oscuro.
Malia miro atentamente a todos sin perder su postura e inhaló profundo para luego relajar su postura.
— ¿Que esta pasando? –cuestionó ya mas relajada aunque su mal humor seguía ahí.
— Veras, hace años una bruja nos maldijo con un hechizo que creímos solo era un cuento barato para asustarnos, pero ya comprendimos que era real –dijo Peter simplemente.
— ¿Estamos así por una bruja?, ¿porque nos hizo esto?
Ambos hermanos miraron a la peli-miel que puso los ojos en blanco.
— La hice enojar y pues yo que iba a saber que las brujas son sensibles, no es mi culpa que se haya enamorado de mi.
Malia apretó sus manos hasta formar puños y solo no se lanzó a atacarlo porque sabia que tarde o temprano le llegaría el karma por hacerlos sufrir esto.
— ¿Y que hacemos?, Se supone que hoy iría a ayudar a Kira a experimentar con la electricidad –dijo sentándose y recargando su cara en sus manos.
— Te diría que encontrar a la bruja, pero hace años que desapareció... La otra opción es Deaton pero no queremos que nos vea así... –dijo Peter.
Los cuatro Hale se vieron por unos minutos para luego comenzar a desayunar y hablar sobre lo que harían.
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— Mejor vámonos –dijo Peter y Derek a dúo al ver el tan conocido Jeep azul.
— No se acobarden ahora, ¿Que más da que Stiles esté aquí? –dijo Malia molesta.
— ¡No es tu novio quien está dentro! –dijo la ojiverde viendo molesta al castaño claro.
— Derek sabes que tenemos que ir, además, tarde o temprano lo sabrá, recuerda que va constantemente al loft –dijo Cora tranquila y con el ceño fruncido.
— Tiene razón, hay que enfrentar nuestra realidad –dijo Peter haciendo un gesto de desagrado.
— Bien, vamos –dijo Malia caminando rápido y con la cabeza baja, al igual que los otros tres.
Al entrar rápido se quitaron los anteojos oscuros y las cachuchas (gorras) ganando al instante las miradas del veterinario y el de múltiples lunares.
— ¿Necesitan algo? –cuestionó el moreno viendo a los cuatro recién llegados.
— He mm... Si –dijo por fin la ojiverde.
— ¿En qué puedo ayudarlos? –pregunto acercándose, siendo seguido por Stiles de cercas que miraba desconfiado a los cuatro recién llegados.
— Nuestra mascota molesto a una vecina y ella le hizo algo, cambio de género –dijo Cora tratando de sonar insinuante.
La peli-miel la volteo a ver ceñuda e indignada.
— ¿Estás diciendo que lo mutilo? –pregunto Deaton impresionado y horrorizado a partes iguales.
— No, lo que quiere decir es que está mañana despertó y ya no era el genero que se supone era –dijo el castaño claro rápidamente tratando de ayudar a su prima.
— No comprendo, si traen a su mascota y lo examinó talvez les tenga un diagnóstico –dijo Deaton al tiempo que se planteaba la opción de llamar a la policía.
— Olvida todo lo que hemos dicho hasta ahora, lo que realmente pasa es que despertamos está mañana y no éramos nosotros –dijo Derek ya resignado a que su novio supiera que ahora era una chica.
— Claro –dijo Deaton alejándose unos pasos para susurrarle a Stiles que llamara a su padre para preguntar si nadie había escapado del psiquiátrico.
— ¡No estamos locos Deaton!, Una bruja despechada nos hechizo a todos los Hale –dijo alterada la peli-miel.
— Claro, si ustedes son Hale, ¿Nosotros que somos?, ¿Hadas madrinas?
El sarcasmo impreso en la voz del de lunares hizo gruñir a los cuatro "locos".
— Stiles, no me provoques –advirtió Derek viendolo con el ceño fruncido a su novio.
— ¿Y según tú, debes de ser Derek? –pregunto divertido.
— Si, soy yo –contestó él y el de lunares asintió sin creerle ni una sola palabra.
— Hablamos otro día Deaton, suerte con los locos.
Y sin más el de lunares salió dejando solo al veterinario.
— Tu si nos crees, ¿Verdad Deaton? –pregunto Cora recibiendo una mueca que denotaba duda por parte del moreno.
— ¡Por Dios Deaton!, Somos nosotros, nos viste crecer, ¡Ve!, Cora es idéntica a Derek cuando joven y Malia es igual a mi, solo danos el beneficio de la duda.
El moreno asintió y miro a cada uno.
— ¿Una bruja dicen?
Asintieron los cuatro y el moreno se acercó al mostrador y tomo el teléfono.
— ¿A quien llamaras? –cuestionó Peter horrorizado.
— A mi hermana, ella a tratado con brujas antes, más específico, una, es su mejor amiga, se conocieron en la secundaria –dijo al tiempo que marcaba y llevaba el teléfono al oído.
— Genial... por un momento pensé que llamarías a Noah, me alegra de que no sea así.
El moreno miro a la peli-miel con incredulidad para luego volver a fijar su atención en el teléfono al escuchar la voz de su hermana.
