Capítulo 1

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Nota de la autora: Holi! Solo para decir que este es un libro en el que me he estado esforzando mucho y disculpen las faltas ortográficas pero solo soy una chica de 15 años tratando de perseguir un sueño. :)

Espero les guste este libro tanto como yo disfruté escribirlo ❤️.

-A los que tropiezan y avanzan, a los que callan pero gritan por dentro.-

Columpios...

Aún recuerdo lo divertido que era jugar en esas simples cosas años atrás.

Como algo tan simple como columpiarse y dejarse llevar hacia al frente y hacia atrás, solía ser algo tan divertido.

Algo tan adictivo siendo niño...

Parece que fue ayer el día en el que salía de mi casa regresando de la escuela entusiasmada por ir al parque ubicado frente a mi casa, para ir a columpiarme por horas, sentir la brisa del aire sobre mi cabello castaño, aliviada y libre sin ninguna preocupación.

Hasta que...

El odioso de mi vecino, ese odioso niño pelirrojo llegaba a arruinarme toda la diversión y me empujaba de esos divertidos columpios, convirtiéndolos en un lugar letal.

Lo peor, no había razón alguna para empujarme de esos columpios, porque como ya dije en plural, eran dos columpioS.

Había espacio de sobra para que él igual se columpiara sin tener que molestar a una niña que estaba tratando de pasar un buen rato.

¡Pero no! A él le fascinaba molestarme.

Y no solo fue el fastidio de los columpios.

¡No!

Él se encargó de transformar mi tranquila vida de niña, en una vida miserable, siempre ahogada en una tormenta de llanto y desesperación.

Me llamaba tonta, me sacaba la lengua, hasta hubo un día en el cual me pegó un chicle en mi hermoso cabello ¡UN CHICLE!

Sé que tal vez estaba exagerando un poco, pero enserio lo detestaba.

Ahora me preguntarás... Alessandra, ¿Por qué me cuentas tu miserable vida de niña chiquita en este momento?

Verás...

Todo iba muy bien en mi vida hasta que...

Me encontraba dibujando como solía hacerlo todos los días por la tarde en el parque de enfrente, tratando de distraerme y desconectarme del mundo por unos minutos.

Dibujar en el pequeño parque de mi casa era liberador.

Me ayudaba a distraerme de mis preocupaciones y mi cerebro que solía sobre pensar todo.

¡Ese era mi gran talento! Sobre pensar y hacer todos los problemas un poco más grandes de lo que en realidad eran.

Pero ese, por ahora no es el punto.

Estaba ahí en el parque muy tranquila, sin absolutamente ningún problema.

Hasta que lo vi.

Vi un carro llegando al porche de los vecinos, nada fuera de lo común.

Pero ahora no solo vi a el Señor Glen salir del asiento del conductor regresando como todos los días de su trabajo...

También vi que se abría la puerta del asiento del copiloto y....

¡Oh - No - Puede - SER!

Ahí estaba él, aquel pequeño diablo pelirrojo que me hizo la vida imposible cuando era niña

Diario de un ColumpioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora